El fin de semana pasado estuvimos en Bisóntere, un festival que se celebra a finales de mayo o principios de junio en Santillana del Mar.
Es un festival de títeres y teatro de calle que se desarrolla entre el viernes y el domingo. Lo descubrimos hace tres años y nunca faltamos por que es divertidísimo. Dragoncillo siempre se lo pasa en grande, pero no es el único, nosotros no nos aburrimos nada de nada...
Si alguna vez planeáis venir a Cantabria por estas fechas esta es una cita que tenéis que apuntar en la agenda. Las calles de Santillana se llenan de color, de imaginación y de sorpresas, a la medida de pequeños y mayores. Además de los espectáculos en exteriores, también se desarrollan funciones en los edificios más emblemáticos de la villa, que se transforma en un lugar mágico.
Cada año asistimos y cada año se superan con la programación. Un derroche de imaginación, alegría y creatividad que, en mi opinión, es un lujo encontrar en el programa cultural de un ayuntamiento.
Pasacalles en los que los protagonistas son los niños, un guiñol en el que el espectador se convierte en narrador de una historia inverosímil, teatros de títeres ambulantes, espectáculos en espacios singulares, como una minúscula caravana vintage, juegos infantiles fabricados con materiales reciclados.... un sinfín de sorpresas que rompen todos los esquemas del visitante.
Estuvimos el viernes y el sábado, por que el domingo no podíamos ir. Nos despedimos este año del Festival con la actuación de Los Titiriteros de Binéfar, unos asiduos de esta cita, que hacen las delicias del público con un espectáculo musical en el que, no sé cómo se las arreglan pero TODOS terminamos bailando cada año.