Bistro Cro Pub, en Zagreb (Croacia)
Restaurante de barrio situado en el número 60 de la calle Andrije Zaje.
Se puede encontrar justo enfrente del hotel Sheraton Panorama en el que estuve alojado durante mi estancia por trabajo en esta ciudad, el día 20 de Abril 2015.
No siempre se puede elegir comer en los mejores restaurantes, ni tampoco nadie está forzado a conocer los mas apropiados lugares cuando llega por primera vez en su vida a un país o a una ciudad, pero si además le sumamos a estos factores, que nuestra llegada al hotel fue tardía, que estábamos cansados y que no nos apetecía demasiado aventurarnos por las calles de Zagreb... y que si le sumamos a todo lo citado, que lo único que nos apetecía era comer algo y dormir, nuestra decisión de cruzar la calle de nuestro hotel y entrar al Bistro Cro Pub no fue tampoco del todo casual, ya que desde la recepción del hotel, nos lo recomendaron como un lugar agradable, de buen servicio y sobre todo con una cocina tradicional típica del país, y claro, esas fueron las claves que finalmente nos convencieron para proceder hacia tal lugar, de servilletas de papel y mesas sin mantel.
Nada más tomar asiento y ojear la carta, ante tanto desconocimiento y falta de sabiduría, se nos amontonaron las dudas ante la oferta gastronómica local. Lo primero que pedimos fue una botella de su mejor vino, ya que fuimos incapaces de reconocer ninguno en la citada carta, únicamente con sólo leer sus nombres. Y salvando humildemente las distancias con los caldos que se acostumbran tomar en España, Francia o Italia, tampoco nos defraudó en exceso pese a distar mucho de lo que podríamos esoperar de su "mejor vino", este muy discreto vino tinto de 14% con un corto paso de 4 meses, por barrica de roble húngaro. En copa, color ligero con no mas de 5 puntos, aromas frutales muy suaves, con poca complejidad y boca de entrada ácida, peso en boca muy corto, poca intensidad, de trago muy largo, muy fácil de beber y con pocas cosas más que decir sobre él, salvo citar que su precio al cambio eran €30,00, por lo que si ahora valorando este importe y si lo debemos asociar a que era el mejor vino del local, forzosamente debo hacerme dos preguntas, o bien el nivel de elaboración y calidad de las uvas de esta región de los balcanes, dista mucho a aquella de la parte mas occidental de Europa, o bien todavía hay vinos mejores en este país, pero este local no disponía de ellos... Habrá que seguir investigando y estudiar más de cerca las bodegas de Croacia, para analizar con más detenimiento su rendimiento y sus vinos de alta expresión. Lo que si que debo reconocer con todo corazón, es que el diseño de la etiqueta, para un vino supuestamente de tanto nivel, era fea de narices.
Claro, el vino no lo fue todo, y el plato típico recomendado por el camarero, fue toda una agradable sorpresa, la cual sin duda intentaré muy pronto hacer en casa, ya que me ha surgido la idea de que pese a no emplear exactamente todos los ingredientes de manera idéntica para tal, estoy seguro que se puede elaborar este plato, con un buen número de variantes y alternativas. La carne era un Solomillo de Cerdo, cortado muy fino y seguidamente enrollado sobre queso, bacon, hojas de rúcula y pimiento rojo. Solomillo posiblemente demasiado hecho para mi gusto, ya que pecaba algo en seco y para darle una improvisada solución, se le podría haber acompañado con alguna salsa, pero pese a ello, me quedo con la idea y también me quedo con las omnipresentes patatas fritas, que tan difícil son de evitar en cualquier mesa del mundo occidental.
Este lugar no creo que sea ni de los mejores ni de los peores, simplemente lo debo catalogar como una pequeña cafetería de barrio, que ofrece cocina local a la gente autóctona. Además, al estar situado fuera de todo enclave turístico, ya es bastante de agradecer que pudimos entendernos, eso si a duras penas, en Inglés con el camarero. No es fácil todavía a día de hoy, comunicarse con facilidad a la hora viajar a estos países, debido al pobre nivel cultural - lingüístico que nos vamos a encontrar, siempre que nos dirijamos a lugares poco frecuentados por turistas... aunque pensándolo profundamente, en España y en muchos otros países Europeos, pasa absolutamente lo mismo, defenderse en Inglés sigue siendo la mayor barrera que falta por derribar, y seguramente la mejor herramienta por no decir la única, para poder moverse con soltura por todo el mundo en el siglo XXI.