Muchos blogs publican sus estupendas recetas de Halloween y nos parece genial, pero nosotr@s aún estamos reticentes, porque vivimos estas fechas de otra forma. Así pues, y rompiendo un poco con la tradición de nuestros compañer@s, hoy os mostramos cómo hacer un Bizcocho con semillas de amapola.
- 3 huevos.
- Aceite de oliva (suave a poder ser).
- 1 yogur natural o de limón.
- Una pizca de sal.
- Azúcar.
- Esencia de Vainilla.
- Harina.
- Un sobre de levadura (1 cucharadita y media de café).
Primero. Batimos los huevos en un recipiente, añadimos el yogur y removemos. A la vez, precalentamos el horno a unos 200 grados o menos, según la potencia de cada uno de vuestros hornos. Con la medida del yogur, echamos uno y medio de azúcar. Con el aceite, cogemos sólo una medida; en cambio, con la harina, cogemos tres. Lo echamos en la mezcla y volvemos a remover. Si queréis que el bizcocho se haga más esponjoso, tamizar la harina, pero no hace falta. A continuación, echamos el sobre o una cucharadita y media de levadura (según el formato que tengáis). Luego, echad una pizca de sal, esto hará que el dulzor del azúcar se intensifique. Para los más golosos podéis aplicar un poco de esencia de vainilla, pero no es necesario del todo. Por último, las semillas de amapola, no vertáis muchas, pues un exceso puede resultar incómodo en cuanto a la textura del bizcocho.
Segundo. Ahora es el momento de coger el molde y cubrirlo entero de mantequilla. Con ello evitaremos que la masa cuando se empiece hacer en el horno, se pegue. Hacemos lo mismo, pero esta vez con la harina. Un consejo para aplicarla es echando un poco de ella en el recipiente e ir agitándolo, para que las virutas cubran el molde poco a poco. Después echamos la mezcla en el recipiente y lo metemos en el horno. Esperamos a que el bizcocho crezca y vamos comprobando si está del todo hecho introduciendo un cuchillo sobre la masa. Si al sacarlo este está seco, el bizcocho estará listo.
Tercero. Si queréis, para terminar, podéis añadirle sobre su superficie algo de azúcar glas. De ser así, hacedlo cuando el bizcocho esté poco caliente, porque el azúcar se derretirá y será absorbido.
El aspecto que adquiere el bizcocho es mucho más sofisticado con las pequeñas semillas de amapola y parece que no, pero afecta también al sabor, pues encontrarte las semillas es agradable, siempre y cuando vertamos las justas. A nosotr@s nos ha encantado.
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Texto e Imágenes: PROPIAS