No lo he podido evitar y repetimos dulce...
Ingredientes (aprox. 8 - 10 raciones o menos... jeje)
- 3 huevos
- 250 gr. de azúcar
- 125 ml. de leche
- 375 gr. de harina
- 80 ml. de harina
- 2 cucharadas pequeñas de levadura en polvo
- 1 cucharada pequeña de lavanda seca
- Ralladura de una mandarina
Vierte la leche y las flores de lavanda en un cazo y lleva a ebullición a fuego lento. Retira el cazo del fuego y deja que que repose unos 30 minutos para que se enfríe y se aromatice bien la leche.
Pon a precalentar el horno a 180ºC, calor arriba y abajo y engrasa el molde con un poco de mantequilla o aceite y harina. Yo utilicé un molde alargado de 30 cm. pero puedes prepararlo en uno redondo de unos 21 cm.
Este bizcocho no tiene mucha complicación, solo tenemos que ir añadiendo y mezclando los ingredientes poco a poco hasta conseguir una masa homogénea. El orden no importa mucho, pero yo suelo comenzar batiendo los huevos, luego añado el azúcar y a partir de ahí voy combinando ingredientes líquidos y sólidos más o menos siguiendo el orden de la lista de ingredientes para que sea más fácil mezclarlos, sobre todo si es a mano.
Una vez que hayas añadido todos los ingredientes líquidos y sólidos, solo nos queda limpiar bien la mandarina, rallar la piel y añadirla a la masa. Si quieres decorar el bizcocho con ella, no te olvides de reservar un puñadito.
Deja que el molde unos 20 minutos sobre una rejilla y, pasado este tiempo, desmolda el bizcocho y colócalo sobre la rejilla para que se enfríe por completo (si puedes resistirte... el primero no aguantamos y cayó templado jeje). Antes de servir puedes decorar con un poco de azúcar glass, ralladura de mandarina y flores secas de lavanda.
¡Ah! Y si queréis que os dure más de una sentada, mantenedlo a buen recaudo... Hasta los gatos se asomaron cuando hacía las últimas fotos... ;)