Soy padre de un tiarrón de 21 años y de una niña de 12 años recién cumplidos a primeros de septiembre. Cuando era más joven y antes de tener novia formal nunca se me pasó por la cabeza el hecho de ser padre bajo ningún concepto. El haber encontrado pareja y el paso de los años cambió ese parecer y aún sin estar en la clásica situación de "comodidad" a causa de mi profesión que me llevaba cada poco tiempo a cambiar de residencia y de camino, transportar todos los enseres de aquí para allá. Me casé sin tener piso en propiedad y casi con prisas (no penséis mal...), porque me ofrecieron un puesto fijo en una constructora, pero (siempre hay un pero) con la condición de estar en Melilla durante dos años y pico. Mi mujer aún estaba estudiando en Madrid pero aceptó el reto (aún me sigo sorprendiendo) y nos casamos. Desde ese momento fue un no parar. De Melilla nos fuimos a la provincia de Jaén, más concretamente a Alcalá la Real y de ahí a Granada. Allí nos quedamos embarazados pero el destino y mi puñetera profesión nos hizo trasladarnos a Santiago de Compostela, ciudad de ensueño en la que vino al mundo mi hijo mayor Santiago (por cierto, y casualidades del destino, nombre que ya teníamos decidido antes del tal evento). No quiero enrrollarme, porque después de Santiago, estuvimos en muchos , muchos más lugares de la geografía española, lo que nos condicionó bastante el hecho de tener un segundo hijo. Pero sucedió. Después de 9 años-9- vino al mundo nuestra querida hija Ana. Esto ya fue determinante para meternos de lleno en la compra de una casa y aunque nos hubiese encantado hacerlo en Galicia o Asturias, nos decantamos por Sevilla, sobre todo por la familia. A partir de entonces, teníamos dos casas. La familiar en Sevilla y la mía de alquiler que seguía cambiando de emplazamiento según las "necesidades de obra". Con mi mujer y los niños en casa se me hacía eterno el día a día sin ellos y he llegado en muchas, muchas ocasiones a chuparme más de 150 km ida más otros tantos de vuelta, para pasar un ratito con ellos y volverme de madrugada para comenzar a primera hora en el trabajo, menos mal que la cafeína obra milagros en más de una ocasión. Hoy con 21 y 12 años respectivamente, mis hijos ya no tienen ese apego al que solíamos estar acostumbrados cuando eran algo más pequeños, ya no se fijan por igual en los juguetes que fabrico con mis manos (algunos de ellos salen en las fotos). La adolescencia los transforma, los convierte en otros seres y se hace nostálgico el recuerdo de su infancia. Supongo, que también nos ocurrió a nosotros.
Recuerdo que Cuca, al principio de su embarazo, comentaba que, al igual que yo, nunca se había fijado en los niños con sentimiento maternal. No sé si ese punto de vista habrá cambiado ahora que la pequeña Lara anda ya dando los primeros gateos por casa. Es una decisión trascendental, con idas y venidas, pero creo, desde mi punto, que tener hijos engrandece a la pareja y éstos se quieren ya por siempre, por muy puñeteros que puedan llegar a ser, por mucho de nuestro tiempo que nos quiten y por, llegado el momento, haya un paréntesis con menos abrazos y achuchones. Espero no haberos aburrido en exceso con lo que parece ser, parte de mi biografía.
Ahora ya sí, vamos con la receta de este sencillo y delicioso bizcocho de yogur, perlitas de chocolate y muchos, muchos lacasitos con la "L" de Lara.
❀ ❀❀ ❀Decoración200 gr de azúcar glasZumo de limónLacasitos de colores❀ ❀ ❀ ❀
Batir los huevos con el azúcar blanco hasta obtener una crema suave.
Precalentar el horno a 180ºC.
Embadurnar el molde con margarina y harina o pan rallado. Verter la mezcla anteriormente preparada en el mismo. Verter las perlitas de chocolate en la masa y empujarlas ligeramente hacia abajo.
Espolvorear el azúcar avainillado sobre la superficie de la mezcla y llevar al horno con calor arriba y abajo si ventilador.Sacar del horno y enfriar antes de desmoldarlo.
Una vez enfriado del todo, preparar un glaseado espeso. Poner en un bol el azúcar glas y añadir poco a poco el zumo de limón hasta obtener una glaseado espeso y consistente.
Verter enseguida sobre la superficie superior del bizcocho y decorar con los lacasitos, y a por un buen colacao para acompañar un buen trocito.❀ ❀❀ ❀