Pocos bizcochos hay más fáciles de preparar y con un resultado tan delicioso que el famoso bizcocho de yogur de toda la vida. Si alguien sabe de alguna alternativa, que levante la mano y que la comparta con nosotros. Muchos somos los que lo agradeceremos :)
Es muy posible que todos y cada uno de nosotros contemos en nuestro haber con una receta de este bizcocho. Cada uno con sus matices y variaciones, me atrevería a decir que no hay cocina por la que no haya pasado. Por la mía, lo ha hecho en multitud de ocasiones. A pesar de ser muy aficionada a hornear todo tipo de bizcochos, de diferentes grados de complicación, jugosidad, sabores, aromas, etc, cada vez que hago el bizcocho de yogur tengo el éxito garantizado.
Raquel presentó esta receta al concurso de cocina tradicional y familiar celebrado con motivo del primer aniversario de Recetas de Tía Alia. Su aportación me resultó entrañable y es que la receta de Raquel es idéntica a la que mi madre me pasó hace ya la friolera de veintitantos años y la que me ha servido de base para los muchos bizcochos de yogur que han salido de mi horno a lo largo de estos años.
Comprometida a preparar todas y cada una de las recetas que se presentaron al concurso, hoy le toca el turno a este sabroso bizcocho. Si quieres ver la entrada de Raquel y conocer su blog, Manzanas verdes (cosa altamente recomendable), pincha aquí y disfruta del paseo.
Yo, mientras tanto, me quedo para contarte cómo lo hice y mostrarte cómo quedó.
Necesitamos
- 3 huevos "L", yemas y claras separadas
- 1 yogur natural
- 1 medida de vasito de yogur de aceite de oliva suave
- 2 medidas de vasito de yogur de azúcar blanquilla
- 3 medidas de vasito de yogur de harina de trigo
- 1 cucharadita de levadura en polvo (tipo Royal)
- 1 limón, su ralladura
- Azúcar glas para decorar
Preparación
Pre-calentamos el horno a 170 ºC (arriba y abajo, horno tradicional).
Engrasamos y enharinamos un molde de horno desmoldable y reservamos.
En un cuenco amplio, batimos el azúcar junto con el yogur y el aceite. Añadimos las yemas y la ralladura de limón. Batimos hasta incorporar todos los ingredientes húmedos.
Agregamos la harina tamizada junto con la levadura y removemos la mezcla con suavidad.
En otro cuenco, batimos las claras a punto de nieve.
Cuando estén firmes, las incorporamos a la mezcla anterior con movimientos muy suaves (de abajo a arriba) para que no se bajen las claras.
Para comprobar si el bizcocho está listo, introducimos una brocheta o aguja. Si sale limpia el bizcocho está cocido.
Retiramos entonces del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla metálica antes de desmoldar.
Servimos espolvoreado de azúcar glas.