Y del dicho al hecho. Cogiendo como modelo el bizcocho de Olga (que está más bueno que el mío, todo hay que decirlo), este ha sido mi primer prototipo:
En un bol:
- Un "yogur" de soja con dos cucharadas de semillas de chía previamente maceradas.
- 3 yemas de huevo campero o ecológico.
- Una cucharadita de aroma de vainilla.
- Una medida* de aceite de oliva suave (* utiliza el envase del yogur).
- 100 gr. de zanahoria pelada y rallada.
- El zumo y la ralladura de medio limón grande.
- Una medida de harina integral de trigo.
- Una medida de harina refinada de trigo.
- Una medida de almendra molida.
- Dos cucharadas de amaranto hinchado.
- Dos medidas de panela (azúcar integral).
- 1/2 sobre de gasificante (bicarbonato de sodio + acidulante).
- 3 claras de huevo montadas a punto de nieve.
Mezclamos todo por separado y luego entre sí (atención con las claras), lo pasamos a un molde cubierto con papel vegetal (no es necesario engrasarlo) y lo metemos en el horno a 180 ºC hasta que lo veamos bien dorado. Si te sale poco azucarado puedes arreglarlo añadiéndole azúcar glas o glaseado de limón por encima. Y si te sale con un gusto o una textura mejorables (por decirlo suavemente), siempre puedes tirar de borrachera.
Se admiten sugerencias y correcciones.
PD. Por cierto, el bizcocho de la foto tiene truco. Para que el color dorado de las paredes contrastara todo lo posible con el color de la miga, esta vez he utilizado azúcar blanco en lugar de panela. Una opción menos nutritiva, pero más barata y estética :P