Este fin de semana he aprendido un truco nuevo muy útil y que a partir de ahora utilizaré bastante. Me lo ha enseñado una amiga de una amiga el sábado por la noche que vinieron a cenar a casa.
Preparé un bizcocho de chocolate para el postre, pero me parecía que, como postre, era algo un poco seco. Así que ella me explicó el truco que ella hace:
En un vaso mezclamos miel y agua a partes iguales y mezclamos bien. Con una brocha untamos el bizcocho con tanto líquido como queramos para emborracharlo tanto como nos guste.
Queda brillante, jugosito y muuuuuuy rico.