bizitza, bilbao

Por Mikeyf

Hace muchos años, yo tendría 16, supongo, empecé a buscar cafés y bares de ambiente, dónde conocer al hombre de mi vida. (Yo era cursi, like that, sí). Uno de los primeros locales que conocí fue el Bizitza, una cafetería en la parte vieja de Bilbao, donde yo iba a escribir y a leer, a representar el papel del artista torturado, con mis gafas redondas, mi cuaderno negro y mi libro en inglés, por eso de hacerme el interesante, y encontrar marido.
Los años han pasado, 14 para ser exactos, y aunque ya he dejado de representar el papel de artista torturado que tanto nos gustaba a finales de los 90, sigo yendo, a escribir y a leer (muchas veces, en inglés, por eso de que el noventa por cien de los libros que me interesan no los traduce ni el tato). El bar ha cambiado de decoración un par de veces, y cuando digo decoración me refiero a que lo han pintado, pero sigue estando la misma mujer de aspecto masculino, pelo corto y sonrisa afable, siguen poniendo la misma música, y las mismas infusiones, pero sobre todo, es el mejor sitio para sentarse a escribir un rato, viendo la vida pasar.