Tengo un huerto que me ha dado en dos años una sola calabaza. Yo cada día miraba la calabaza encantada de verla crecer, hasta que me di cuenta que un mirlo había empezado a disfrutar de ella antes que yo. La empezó a picar, y no tuve otro remedio que arrancarla cuando aún le quedaba por crecer un par de kilos. Para colmo de males al ir a cortarla sufrió un desperfecto y ahora si que era imposible conservarla por mas días, tenía que gastarla entera rápidamente, de manera que empecé a repartir a la familia, pero como somos pocos tuve que buscar recetas donde invertir a la pobre calabaza. Después de litros de crema y puré, opté por la parte de repostería; tortillas y este estupendo bizcocho de calabaza que lleva un gran pedazo de ella. Advierto que sale un bizcocho enorme, así que usaremos un molde grande, o dos pequeños, porque el resultado es un bizcocho de 1,5 kg. El resultado es jugoso, tierno y esponjoso, con un delicioso aroma a canela y dulce contraste con las semillas saladas de girasol.
Ingredientes:
3 huevos400 g de azúcar200 ml de aceite vegetal2 cucharaditas de canela1 cucharadita de vainilla600 g de calabaza rallada o picada chiquitita120 g de pipas de girasol saladas500 g de harina1 sobre de levadura en polvo1/2 cucharadita de sal.Y azúcar glas, para espolvorear por encima.