Black Mass. Estrictamente convencional.

Publicado el 08 noviembre 2015 por Criticasen8mm @Criticasen8mm
Título original:
Black Mass
Año:
2015
Fecha de estreno:
23 de Octubre de 2015 
Duración:
122 min
País:
Estados Unidos
Director:
Scott Cooper
Reparto:
Johnny Depp, Joel Edgerton, Benedict Cumberbatch, Jesse Plemons, Peter Sarsgaard, Corey Stoll, Julianne Nicholson, Dakota Johnson, Kevin Bacon, Adam Scott
Distribuidora:
Warner Bros. 
Las historias de mafiosos siempre han tenido un atractivo particular. La superioridad de esas figuras –ya sean reales o ficticias- sobre la ley, los momentos inolvidables en los que comprendemos la violencia como una forma de vida… Las películas y series protagonizadas por estos personajes convierten al antihéroe en alguien que en ocasiones llega a ser idolatrado, un antihéroe que acapara el cariño del público, pero cuando la indiferencia es el sentimiento que rodea al desarrollo de ese individuo en el filme pierde toda la fortaleza y la grandilocuencia que podría haber ganado con la narración. Black Mass tiene todo lo necesario para triunfar, pero pierde la atención en lo más importante, hacer al hombre en el que se basa la historia el verdadero protagonista. Y esa carencia va haciendo mella a lo largo de la cinta, aunque esta tenga las virtudes necesarias para al menos no ser un fracaso en materia de entretenimiento.

El tercer largometraje de Scott Cooper es una promesa frustrada, que no termina de alzar el vuelo. No es el trabajo de Cooper tras las cámaras el que damnifica al resultado final, sino la incapacidad de centrarse en algo o en alguien para hacer avanzar el relato. Los personajes vienen y van, y de hecho hay escenas en las que aparecen de la nada y para nada, y no hay un arco narrativo que parezca ir dibujándose durante las dos horas de metraje. La relación fraternal entre el mafioso, el senador y el agente del FBI también queda desaprovechada al pretender que al menos dos de esos personajes tengan el mismo peso en la historia, cuando todos sabemos que una película de mafiosos el rostro más visible y el motor de la historia es el propio gángster alrededor del cual gira la cinta. Pero aquí James Bulger queda relegado a un incomprensible segundo plano, aunque cuando le permiten avanzar al primer término el resultado es fantástico, pasando de la contención a la locura en un instante sin resultar artificioso.
En ese apartado la labor de Johnny Depp como el capo bastante afectado es espectacular y totalmente espontánea e imprevisible, lo cual refuerza ese sentimiento de que se le tendría que haber sacado más partido. El co-protagonista de la película, Joel Edgerton, aguanta bien la presencia de un Depp que fácilmente podría haberle quitado cualquier brillo, pero Edgerton sigue demostrando que es una de las estrellas emergentes a tener en cuenta. El resto del reparto básicamente se puede decir que pasaba por ahí. Benedict Cumberbatch y otros cuantos nombres del cartel no tienen personajes con la riqueza suficiente como para que parezcan imprescindibles. Aunque si hubiera que quedarse con uno de los numerosos secundarios sin duda el mérito sería de Peter Sarsgaard, que logra hacerse con todas las escenas en las que aparece, dando forma a un psicótico individuo sin pasarse de la raya. No cabe duda de que el elenco es uno de los mayores atractivos de la película, pero cuando escuchas a un australiano, un británico y otro de Kentucky fingiendo el acento de Boston, el casting no parece tan coherente más allá de para entrar de manera más directa por la vista. 

Black Mass es demasiado inconsistente como para convertirse en una de las obras cumbre de este poblado subgénero de los mafiosos, pero al menos logra una estabilidad que le permite ser un producto entretenido, aunque no memorable. La multitud de personajes y de temas, desde la eutanasia hasta el terrorismo, que son vislumbrados pero no profundizados en la historia hacen pensar que la película no tiene una dirección clara. Desgraciadamente el intimidante trabajo de Depp queda empequeñecido por un filme que no está a su altura.
6/10