Blair witch. ¿Nuevo título o remake de la original?

Publicado el 16 noviembre 2016 por Claquetados @claquetados
El Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges se caracteriza por tener en su haber 49 años de carrera. En todos estos años siempre ha pretendido tener las novedades más vigentes y candentes del panorama cinéfilo fantástico y de terror. Una de las apuestas de la última edición ha sido la presentación de la segunda parte del ya clásico found-footage "The Blair witch project" (1999) de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez. "Blair Witch", de Adam Wingard, fue presentada en competición como parte de la Sección Oficial Fantástica.
Un grupo de jóvenes se dirige a los bosques de Black Hills de Maryland. Su intención no es otra que encontrar a la hermana de James (James Allen McCune) que desapareció hace veinte años en ese mismo lugar. Dentro del grupo, va Lisa (Callie Hernández), la amiga cinéfila a quien se le ha confiado la tarea de registrarlo todo en vídeo. Además, han contactado con una pareja que vive cerca del lugar donde desapareció todo el grupo y que están interesados en la historia que relata los acontecimientos funestos de una mujer llamada Elly Kedward que fue allí sacrificada como bruja en 1785.
Saben llegar a la zona exacta donde encontraron una cinta original con material que prueba que Heather Donahue todavía vive y se toman la expedición como si se tratara de una excursión banal que se adentra en un denso bosque con el objetivo de buscar pistas de un juego de niños. No creen en la leyenda que se cuenta sobre la bruja del siglo XVIII y, de hecho, se burlan y mofan de los comentarios que los lugareños les explican.

Un “prohibido pasar de noche” que se lee en un cartel anuncia que las cosas no serán como en un principio creían. Llevan con ellos aparatos de última tecnología: un dron y cámaras de generación exclusivas, que hacen que parezca imposible que puedan perder en el inmenso bosque. El caso es que no sólo se pierden, sino que encuentran unos símbolos extraños de brujería que anunciarán la llegada de la bruja Blair.
Adam Wingard continúa la trama de la película original de manera aburrida y poco sólida y pretende continuar con el éxito que tuvo su precuela hace años, sin ofrecer nada nuevo al espectador. De hecho, esta segunda parte parece más un remake de la primera, donde se repite prácticamente la trama pero con nuevos personajes. No aporta nada nuevo, ni siquiera escenas de miedo actualizadas. A lo sumo, en algún momento, sientes un poco la angustia de la persecución de un perseguidor que nunca aparece.
Muchas escenas son excesivamente caóticas y, en general, no se entienden ya que plagian sin contemplaciones las de su precuela. Además, los escasos sustos que nos ofrecen son tan sencillos como previsibles, nada que ver con lo que sentimos cuando vimos el primer film. Una historia tan prescindible que a los incondicionales y fans del terror les costará no aburrirse.



Podemos llegar a entender que con este título se quiera recuperar el éxito conseguido con la primera pero, si es lo que se pretendía, no se han lucido en nada. Quizás podría haberse conseguido si se ampliara la leyenda de la bruja o no se repitieran escenas.
En algunas reseñas sobre la película he podido leer que el cine de terror está en crisis. Considero que no es cierto y que lo que ocurre es que siempre se intenta sacar partido a las buenas ideas pero para hacerlo hay que tener un nuevo y buen producto que continúe a lo original. Y por desgracia para nosotros, este no es el caso. Poco más me queda que añadir.
Para los que no tengan nada más que hacer.
Por Sergi Sanmartí (@Horadelsdaus)