Para poneros en situación deciros que este vino blanco lo tomamos el pasado Diciembre de 2015, con lo que ya tiene una gran edad, ni más ni menos que 20 años.
Gran Bazán ya nos dio una sorpresa más que agradable hace casi 4 años cuando probamos la añada 2008, os dejamos el enlace aquí. Con lo que aunque con las dudas normales, teníamos un pequeño pálpito de que podía estar bueno, lo que no había duda es que si estaba vivo iba a ser una auténtica pasada.
Este magnum fue un regalo de la bodega cuando fuimos a visitarla hace un montón de años, para seros sinceros no recuerdo al año que estuvimos en ella. Ni siquiera existían los blog, ni los listófonos donde ir apuntando todo, ni las cámaras digitales, así que ir echando cuenta de cuándo fuimos...
100% albariño de la finca de Tremoedo, a 700 metros sólo del nivel del mar. Reposo el tiempo oportuno en acero inoxidable y al mercado, siempre mucho más tarde que otros albariños que ven la luz demasiado pronto por exigencia de unos clientes que deberían empezar a tener mucha más paciencia si quieren disfrutar de vinos que merezcan la pena y que son los que verdaderamente han dado fama a esa maravillosa zona gallega que son las Rías Baixas, aunque hoy en día esa D.O. al final sino tiene cuidado no creo acaben muy bien.
No quiero contaros color, aromas y demás, sabéis que eso no va mucho con nosotros, aunque entre los Larpeiros tenemos una nariz sublime. Sólo deciros que envejeció como debe ser, no lo podía hacer mejor. Resumiendo, este Gran Bazán se ha convertido en un Oloroso de Albariño para tirarse a rolos por el suelo.
Gran Bazán Ámbar 1995 en magnum, una auténtica joya, y nos sentimos realmente muy especiales haberla podido compartir con vosotros dos, un vino que seguramente ya no exista, y como apunte él se llevó lo que quedó en la botella y tuvo para tomarse durante varios días una copita de aperitivo. Lo dicho una joya para compartir con gente que es un tesoro. Damos las gracias a este bodega por habernos hecho flipar, y es que este mundo vinícola no dejará nunca de sorprendernos.