Había soñado varias veces que quedaba cuarto y se había cansado las últimas horas de repetir un par de frases: “No me quedan más entradas” y “hoy es el día, hoy es el día”. José Luis Blanco (Lloret de Mar, 1975) habla como corre, con desparpajo y sin reparos, como cuando el año pasado corrió detrás de unos ladrones al grito de “¡policía, al suelo!” y recuperó dos bolsos. En su Facebook, antes de la final, contaba que había dormido nueve horas y asumía que los franceses (Mekhissi Benabbad, oro y Tahri, plata) eran “los mejores de la historia”, pero que iría a por una medalla. Escapados los elogiados, Blanco utilizó la estrategia más inteligente, guardó fuerzas para conseguir el bronce en los 3.000 obstáculos, el sexto metal de la delegación española en los Europeos de Barcelona.
Singular y con personalidad y estilo propio, al atleta de Lloret vio claro que no tenía ningún sentido ir en busca de los galos y controló en todo momento la carrera, a pesar de ir un rato en última posición. Pero empezó a abrirse hueco con facilidad para pasar en la última vuelta cuarto… Hasta llegar al bronce en los últimos metros, en una acción que no ofreció la retransmisión, centrada en la lucha por el oro, ganado por Mekhissi en un sprint tan prodigioso como dictatorial.
Los calcetines, muy largos
Apodados por sus amigos como Wiss, a Blanco le molestan los formalismos y le aburren las polémicas. Por eso, por no entran en polémicas de banderas, en vez de celebrar su éxito con la española, la catalana “o la brasileña” se colgó del cuello la del Barça. Una decisión muy aplaudida por el público y poco dada en una competición de este calibre. Confiesa que le gusta llevar pantalones muy cortos y calcetines muy largos y se hizo famoso por su inesperada medalla de plata en los Europeos de Goteborg de 2006, tras la cual se pusieron en contacto personas que hasta entonces le habían ninguneado. Blanco les dio de lado.
Amigo personal del tenista Tommy Robredo con quien juega a tenis a veces, Blanco es seguidora de Estopa y es un apasionado de los coches deportivos. Su bronce vuelve a desacreditar a aquellos que siempre lo han criticado por su presunta fama de fiestero. “La musculatura me acompaña, la musculatura es un grado. Estos meses han sido muy duros”, valoró el atleta, que espera llegar a los Juegos Olímpicos de Londres de 2012 para conseguir su gran sueño, una medalla olímpica. En sus únicos Juegos, los de Pekín, acabó undécimo. Antes, el año que viene, querrá conseguir su primera medalla en un Mundial en Taegu (Corea del Sur) tras ser séptimo en Berlín.