Yo acá preparándome para lo que serás dos semanas intensas de las que no quiero saber nada (pero debo saber, porque sino no apruebo :P). Mi mayor problema es organizarme: los tiempos, los temas, las materias... soy un desastre! Cualquier tipo de tip o consejo es más que bienvenido
Pero, para ustedes tengo algo más interesante, ya que en el día de hoy tenemos....Blog Tour!! Esa sección que los blogs tenemos como para de destino de algún libro que anda dando vueltas por aquí y por allí y que no queremos que se pierdan.
El libro en cuestión es Escucharás mi Corazón de Alessio Puleo, y es una de las novedades del mes de Junio, de la mano de Del Nuevo Extremo (DNE) y hoy les traigo un fragmento exclusivo del primer capítulo, para ir conociendo un poco la pluma del autor y ver qué encontraremos dentro se esta historia!
Si no vieron las paradas anteriores no se olviden pasar por el blog de Angie para ver la portada y sinopsis del libro, y por el de Nanny para leer la entrevista que le hizo al autor...
Hospital San Elías, Bogotá. Colombia.Silencio en la habitación. El señor Luciani miraba alrededor, tratando de bajar la tensión. Entraba poca luz por la ventana, probablemente a causa de las cortinas que, demasiado oscuras, impedían el paso de los rayos de sol.
Los muebles eran de caoba, extremadamente recargados, antiguos.
Grandes cuadros en las paredes, de diferentes estilos, puestos con descuido, alguno un poco torcido, parecían pelear uno contra otro.
Sobre una mesita en una esquina, junto a un pequeño Buda de madera, una estatuilla de la Virgen con agua bendita.
Por último, extendida sobre el piso, una pesada alfombra persa que recargaba el ambiente aún más.
—Qué raro —pensó— que un médico tenga tan poco gusto en la decoración.
Pero en el fondo no era cosa suya ocuparse del mobiliario.
Un leve tictac rompía el silencio: un viejo reloj en un rincón del escritorio, a lo mejor también comprado al azar.
Observó durante un instante al hombre que estaba sentado delante de él. Tenía la frente arrugada y examinaba unos papeles con cuidado. Parecía no prestarle atención al hombre.
Con la intención de calmarse se levantó, se acercó a la ventana y corrió la cortina, como si quisiera descubrir un mundo nuevo. Mientras se masajeaba los músculos endurecidos del hombro miró hacia la calle. Los coches corrían por el asfalto, con la prisa de ir quién sabe dónde. En el andén, los peatones esperaban con paciencia que el semáforo se pusiera verde para cruzar. Una madre consolaba a un niño que lloraba, tal vez porque quería un juguete nuevo.
Algunas muchachas reían y bromeaban frente a una vidriera de ropas. Llevaban en la espalda las mochilas del colegio, quizás volvían a sus casas después de horas de aburridas clases, o quizás iban a juntarse para estudiar.
Destellos de vida lejanos, acunados por la música del tiempo, vidas que no nos pertenecen pero que, por un motivo u otro, se cruzan con la nuestra. Sí, la nuestra.
El señor Luciani se dio cuenta de que su aliento había empañado la lámina de vidrio, impidiéndole seguir espiando, y bajó la cortina como si fuera un telón.
Se preguntó por la hora y miró el reloj: las 4.47.
Habían pasado diez minutos desde que entró en esa habitación.
Quién sabe cuánto más tendría que esperar.
Un suspiro rompió el silencio enervante. Era la señal que esperaba. Al volverse, advirtió que el doctor Kovacic lo estaba mirando preocupado.
Suspiró él también y se dio ánimos para exclamar:
—¿Y bien, doctor?
Y volvió a sentarse en el sillón.
—Por desgracia, lo que tengo para decirle no es bueno. He examinado atentamente los resultados de los últimos exámenes y…
Siguieron unos segundos de silencio. El señor Luciani comprendió que el médico estaba buscando las palabras apropiadas para afrontar el tema y empezó a jugar nerviosamente con los botones de su chaqueta.
Observó con atención a aquel hombre de barba y cabello canosos, buscando entre las arrugas de su rostro un destello de esperanza. Pero no lo encontró.
—Lo siento —continuó el doctor—, pero ya no hay nada que podamos hacer. Seré sincero, no le queda mucho tiempo de vida.
¿Qué les pareció el fragmento? Es de esos que nos dejan con la intriga...¿NO?No se pierdan la próxima parada del Blog Tour en el blog de Isaías y las siguientes.¿Qué piensan de este libro? ¿Se animan a leerlo?