Y otro blog es el que voy redactando entre líneas dentro de estas mismas afueras. Sus entradas no se corresponden necesariamente con estas que titulo de forma caprichosa, separándolas de las demás mediante fechas. En él hablo de un modo más íntimo, pongo sobre las palabras acentos personales, le doy a cada frase el aire necesario y le presto mis pulmones.
Quienes pasan por aquí pueden empezar leyendo lo primero que encuentren y, lo mismo da, seguir en la dirección que se les antoje. También están invitados a pasearse por el blog de lo sugerido, el de los espacios en blanco, el de las cosas que se soplan. Mientras tecleo imagino ese interlineado y sigo sin ser capaz de concretar lo que dejo escapar entre caracteres.
Y en lo que me reservo, a las puertas del blog de lo relegado, tapado pero tangible, acabo pensando que quizás mañana vuelva a escribir algo que nunca sacaré a la luz.