Según los resultados de
la encuesta de septiembre, los blogs,
las librerías físicas y las redes sociales son los medios más elegidos por los
lectorespara descubrir nuevas
propuestas de lectura. Si realizáramos la encuesta a pie de calle,
probablemente los blogs y las redes no tendrían tantos votos, pero aun así no
cabe ninguna duda de que en los últimos años estas herramientas han ganado un protagonismo
nada desdeñable. Los profesionales del mundo del libro lo saben, por eso casi
todas las editoriales, muchos escritores y bastantes librerías tienen presencia
en las redes sociales y mantienen contacto regular con blogueros y lectores.
Con respecto al librero tradicional, ya expliqué en este artículo que en la
actualidad su papel me parece fundamental para recomendar libros. No se puede
comparar el poder de convicción de un comentario en la red con el de alguien
que asesora personalmente justo en el momento en el que el cliente se dispone a adquirir una novela.En segundo lugar, las recomendaciones de los amigos, las
librerías virtuales y los boletines de la editorial también resultan útiles
para dar a conocer un libro. Las recomendaciones de los amigos me parecen,
junto a las de los libreros, las más inmediatas y eficaces, aunque al mismo
tiempo pueden ser difíciles de conseguir si en el entorno del lector apenas se
lee. En cuanto a las librerías virtuales y las páginas de las editoriales, lo
que deduzco es que, de nuevo, Internet ha ganado mucha importancia en este
ámbito. Aunque durante muchos años nos tuvimos que conformar con descubrir las
novedades en la prensa y en los estantes de las librerías, hoy en día es
impensable imaginar una editorial sin una web en condiciones en la que
consultar cómodamente el catálogo en cualquier momento.Es probable que
Internet y las redes sociales tengan parte de la responsabilidad de la pérdida de peso de los medios tradicionales
(prensa, radio y televisión), que en la encuesta acumulan muy pocos votos. El
resto se debe a la ausencia de verdadera crítica en ellos; el lector de ahora
desconfía del periodista y se fía más de su igual, con independencia de la
cultura literaria que tenga. Además, el espacio que los medios dedican a la
literatura suele ser más bien escaso: los únicos motivos por los que un
escritor consigue aparecer en un lugar destacado son la concesión de un premio
importante, la venta de cientos de miles de ejemplares y la noticia de su
muerte. Normal que los lectores asiduos nos busquemos la vida por otros medios.