Van pasando los días y cada vez tengo menos nervios y más curiosidad. Y por fin llega el día 13 de Junio. Hemos quedado en la calle Ibiza, cerca del Retiro a las cuatro de la tarde. ¡Que calor hace en Madrid!.
Las guindillas llegamos pronto y también, bastante puntuales, llega el equipo del Canal Cocina, que nos reconoce por la escaleta que retuerce el Capitán en su mano derecha. Presentaciones y al Retiro a buscar una localización para empezar.
Llegamos a las escalinatas junto al lago (elegí un mal día para las sandalias de tacón, y no solo por el paseo, ya os contaré después), nos ponen un micrófono (no había dónde engancharlo en mi vestido, tuvieron que trabajar conmigo) y a grabar. Ahora sí que estoy rozando la histeria, pero Isabel (la realizadora) viene en mi ayuda: “no mires a las cámaras” (teníamos dos apuntándonos, la de Moisés y la de Vicente), mírame a mí y haz como si estuviésemos hablando. Y el truco funciona, pues no sé ni cómo pero las palabras salen fluidas y formando frases con sentido. Esto va muy bien, dice Jaime, el productor.
Vamos a por la siguiente localización. Esta vez estamos quietos, apoyados en una valla cerca del lago y la hablamos a Isabel. Pero entre los nervios y el calor (el sol nos abrasa, hemos hecho la entrevista con gafas de sol y me empiezan a picar los brazos), a pesar de estar quieta muevo un pié y se me cuela el tacón en la rejilla de una arqueta. El efecto del taconazo se nota mucho en cámara, tenemos que repetir la escena. Me siento muy torpe. ¡Menos mal que estos chicos son unos profesionales estupendos y todo lo hacen natural!. Nos vamos al restaurante. Mientras montan las luces nos refrescamos y charlamos. Y ahora a actuar un poquito. Entrada, saludo, elección de los platos, cenita y despedida del programa. Nosotros estamos muy relajados (el vino que estamos tomando también colabora) y acabamos el día con sensación de éxito. Pero no os confiéis, dice Isabel, mañana viene lo peor. ¡Pues entonces vamos a tomar un gin-tonic para preparar la estrategia!, ¿no Capitán?. Y tenía razón. Empezamos a grabar a las 9:30 en la tienda de Salva (y son muy puntuales) y además de vestirme, maquillarme, peinarme y demás, tengo que dejar un arroz preparado para no perder tiempo luego. A las nueve y cuarto estoy ya cansadísima (y eso que las otras guindillas están ayudándome y soportando mi mal humor) y con ganas de irme a la cama otra vez, pero el día sólo está empezando. El equipo prepara la tienda de Salvador y rodamos allí. Esta parte fue muy divertida, actuamos un poquito, paseamos, nos movimos por la tienda, hablamos. Salva ha estado genial y el Capitán igual. Pendiente de Diagnosticar y Elena (la mujer de Salva) se lo pasan en grande criticándonos y haciendo fotos. Un buen principio.
Ahora para casa, tenemos que preparar la cocina pues empezamos por las recetas. Comienza el espectáculo de iluminación y al final no parece la cocina de siempre. Y ahora el mal trago. Además de cocinar y explicar la receta tienes que mirar a la cámara de Vicente. “Moisés estará también con su cámara, pero a él ignórale”, me dice. Y Moisés se coloca enfrente y Vicente en un ángulo difícil para mi cuello.
Desde los exámenes de la facultad no me sentía así. Estoy nerviosa y se me nota mucho, así que Vicente me explica de nuevo todo con mucha paciencia y lo volvemos a intentar. Repaso la receta en mi cabeza, respiro hondo y….¡me sale del tirón! ¡y mirando a la cámara correcta todo el tiempo!, sin que me tiemble la voz y sin que se me queme el sofrito. El equipo está sorprendido y yo mucho más. Ahora es el turno del Capitán. Mientras él cocina nosotros le vemos en una minitelevisión instalada en el salón .Está un poco serio pero qué bien lo ha hecho. Los del equipo del Canal Cocina están contentísimos ¡hemos tardado muy poco!, ¡qué bien vamos!. Mientras preparan el salón para las siguientes tomas nos tomamos una cervecita fría con un aperitivo cortesía de los del Jamoncito. A partir de ahí todo es muy rápido y muy fácil y muy relajado: unas preguntas sobre gustos en la cocina y el funcionamiento y la organización del blog(mirando a Isabel otra vez, coser y cantar) y a grabar unos recursos (me hace gracia el término) frente al ordenador y en la cocina.
Comidita en una terraza del barrio y, tras la sobremesa, grabamos en el parque la presentación del programa, con varios miembros del equipo guindillero haciendo fotos y risas a nuestra costa.
En resumen, día y medio muy intensos, una experiencia increible y muy distinta a todo lo que rutinariamente hacemos a diario, y, claro está, la oportunidad de conocer un mundo nuevo y a unos profesionales estupendos.
Me como las uñas de impaciencia. Tengo muchas ganas de que salgamos el jueves en antena. Seguro que no me reconozco y hubiera hecho o dicho cosas diferentes, pero el momento de la grabación fue fantástico.
¡Gracias al blog y a todos los que nos votaron por hacernos vivir estos momentos!. Nota del Capitán Rábano: Finalmente el Excelentísimo Ayuntamiento de la Villa de Madrid no nos dio permiso para rodar en la Puerta de Alcalá, ya que las multitudes de fans podrían provocar problemas de orden público y al ser un día de diario no querían cortar la calle de Alcalá aludiendo a problemas de movilidad. También, por motivos de seguridad, decidimos rodar en pleno parque del Retiro a una hora intempestiva y ataviados con gafas de sol para disimular ante los fans. Si durante la grabación no veis a mucha gente alrededor, es porque el cordón de seguridad privada que tuvimos que contratar realizó su trabajo a la perfección. Gracias de nuevo al equipo de Canal Cocina, que soportó con paciencia los continuos retrasos provocados por los encuentros con los fans que nos solicitaban autógrafos y se fotografiaban con nosotros.