Es difícil despuntar en un lugar donde abunda el talento. Cada día decenas de grupos aparecen en algún rincón de Brooklyn y son pocos los que reciben un determinado reconocimiento o perdura su nombre más allá de un par de semanas. Pero Blondes han podido superar la criba a base de calidad, con una visión muy personal de lo que para ellos es la electrónica.
Este dúo formado por Zach Steinman y Sam Haar se conocieron en la Oberlin College, escuela de música y arte neoyorquina que, en cierta manera, ha influido en el concepto de su música aportando elementos variados como el house, el dance ochentero y la experimentación con distintos elementos. Sus canciones empiezan con una idea o dos (un beat, un golpe de sintetizador, una línea de bajo…) y sobre ella se van sumando capas, acrecentando su sonido hasta llegar a un climax musical que poco a poco se va desvaneciendo para volver a resurgir.
Por cosas como estas Blondes, su primer disco, suena especial. O mejor dicho, su primer doble disco porque se han lanzado a la piscina con todo. El primero nos muestra una colección de ocho temas recopilando las composiciones que editaron en formato 12″ durante el 2011, en la línea del downtempo. El segundo es material completamente nuevo donde abren miras y ofrecen una gama más completa de lo que pueden abarcar.
El resultado es este: un buen disco de electrónica, más enfocado a los auriculares que a la pista de baile.
“Wine…”
MySpace