Género: Acción.
País: Hong Kong - Japón - Francia - Argentina.
Duración: 91 minutos.
Dirección: Chris Nahon.
Intérpretes: Gianna Jun, Allison Miller, Liam Cunningham, Koyuki, JJ Feild.
"Los demonios han infestado la Tierra, y sólo un soldado se mantiene entre las oscuridad y la luz: Saya, una humana mitad vampiro samurai quien se da a la caza de aquellos que buscan sangre humana. Uniendo fuerzas con la misteriosa organización conocida como El Consejo, Saya es enviada a una base militar, en donde innumerables combates la llevan hacia el vampiro más mortífero de todos. Ahora, luego de 400 años, la caza final de Saya está por comenzar..."
La historia, que narra las peripecias de una cazadora de vampiros ( que alguien me diga que clase de vampiros son estos, irreconocibles y paupérrimos) que busca hace incontables años al demonio mayor, Onigen, quien hace mucho tiempo destrozó a la familia de Saya. Las pistas la llevan a una base militar en Tokyo, y a partir de ahí la historia no hace más que zozobrar.
En ningún momento de toda la trama, los escritores demuestran el más mínimo interés para con el espectador; la historia se sostiene con un par de alambres totalmente inconexos que llevan de una escena a otra. Los pobres dispositivos para empujar la trama son lastimosos, en ninguno de ellos hay sentido alguno, tan sólo para demostrar el potencial de la protagonista en las artes marciales y muchas escenas de acción.
Todos los personajes son muy estúpidos, con inclusión de Alice, una versión moderna de Louisa Lane que siempre está en problemas, no sabe resolverlos sola y ni siquiera se sabe por qué sigue a la protagonista a todos lados, aún cuando la persecución por parte de los demonios hacia ella no tiene justificación alguna. El enemigo principal, Onigen (que es mujer) no tiene carácter y desarrollo alguno, y ni siquiera es redimible en algún aspecto.
Por suerte, Gianna Jun reflota un poco el barco a pique con una caracterización de Saya de muy buen ver con ese trajecito de colegiala japonesa, con un aspecto recio y violento, y un par de ejemplares movimientos muy vistosos. Claramente, lo mejor de esta propuesta.
Las peleas están muy bien coreografiadas (no al punto de La Casa de las Dagas Voladoras o similares) pero incluso llegado al caso, hay algunas escenas que dan lástima. Un aspecto nefasto es el despliegue visual horrible que logran con la sangre: hacen que parezca cualquier cosa menos lo que tiene que parecer, hemoglobina. Es como si fueran bolitas de cereales, o algo así, patético.
En dirección de Chris Nahon se genera una conflicto entre el cuidado aspecto coreográfico de las escenas violentas con la urgencia de acabar todo de una vez, y es entonces cuando los movimientos de cámara se mezclan todos juntos, en cámara lenta contra cámara normal, para crear un conjunto horrible muy digno del Sci-Fi Channel, incluso en la creación de sus mosntruos alados.
El dato loco acá, es que ciertas escenas fueron filmadas en ¡Argentina! Si señores, escenas como las del subte y otras más fueron filmadas en tierras patrias, muy loco.
Calificación: C-.