Páginas: 432
ISBN: 9780141337111
Precio: 7 €
En inglés. Sin traducción al castellano.
Bloodlines es el nombre del spin-off de Vampire Academy, o lo que es lo mismo, una saga ambientada en el mismo mundo de humanos y vampiros en una época inmediatamente posterior a lo acontecido en esa primera etapa. Esta nueva serie está narrada por Sydney Sage, la amiga alquimista de Rose Hathaway, y la mayor parte de sus protagonistas han cambiado. Normalmente aborrezco las continuaciones hechas para estirar el tirón (ha ocurrido con tantos libros: Cazadores de sombras, Medianoche, Eternidad…), pero Richelle Mead supera con creces a la mayoría de autores de este género y en cuanto conocí la publicación de Bloodlines supe que esta historia también valdría la pena. ¿Queréis saber qué me ha parecido? Seguid leyendo.
Sinopsis
Atención: contiene spoilers de Last sacrifice, el final de Vampire Academy.
Sin embargo, a la chica moroi le ocurre algo. A pesar de contar con la protección de Eddie, se muestra rara, insegura; antes de llegar a la escuela la atacaron y Sydney desconoce exactamente cómo pasó todo. Las dos comparten habitación y se llevan bien, pero entre el comportamiento extraño de una y los prejuicios hacia los vampiros de la otra, su relación dista mucho de parecerse a una amistad. Así, la vida de Sydney transcurre entre clases de asignaturas que ya ha estudiado, compañeros humanos con aficiones peculiares y un superior con ganas de sacarla de ahí. Pero incluso en medio de esta monotonía aparente hay peligros que la acechan…
Comentario personal
Pero empecemos por el principio: el personaje principal y narradora en primera persona. Sydney es una chica inteligente, atenta y valiente, pero terrible para las relaciones que van más allá de la amistad. Además, siente verdadero pavor por los vampiros y sus poderes (como sabéis quienes habéis leído Vampire Academy, las criaturas de este mundo tienen una habilidad relacionada con un elemento). No he echado de menos que no supiera luchar, puesto que posee otras capacidades que la involucran en los sucesos de una forma tan entretenida como sucedía con Rose. En definitiva, me ha caído estupendamente y pienso que a la larga incluso me puede llegar a gustar más que la antigua estrella porque me identifico bastante con ella.
Hablando de esto, quiero elogiar un aspecto que me encanta de todos los libros de la autora y que a menudo siento que se pasa por alto en las reseñas: por mucho que el contexto vampírico parezca frívolo y poco interesante, no se olvidan las cuestiones humanas y el trato entre los personajes está realmente cuidado (no solo en el ámbito amoroso), por ejemplo, con los asuntos siguientes: lo difícil que es para alguien como Sydney hacerse amiga de una vampira, lo mucho que marcó la muerte de Mason a Eddie, las tonterías que se hacen en la adolescencia… Muchos temas presentes en todos los capítulos que merecen un aplauso pese a no contar con tanta importancia como las escenas de acción.
Por otro lado, es digno de mención el hecho de que este mundo vampírico todavía tiene más posibilidades: los conflictos planteados no suenan a repetición de lo anterior y de veras he llegado a sentir que este spin-off hacía mucha falta. La historia desde el punto de vista de una alquimista da mucho de sí, pero no solo eso, sino que entre los moroi y los dhampir todavía quedan muchos temas que tratar, y con la perspectiva de una chica humana que convive con vampiros se abarca todo. Los descubrimientos que se hacen en Bloodlines no tienen desperdicio, os lo aseguro.
Para terminar, el final me dejó con ganas de más: se plantean que van más allá de lo que teníamos en Vampire Academy, así que nos queda Bloodlines para rato. Por cierto, hay incorporaciones estelares en el último capítulo que prometen y mucho (solo os avanzo que recupera material de antes, ¡jo, jo, jo!), así que espero con ansias la publicación del segundo volumen, The Golden Lily, el próximo mes de junio. ¡Qué duro es no tener ya los seis libros para devorarlos del tirón!
Conclusión
Richelle Mead
Dado que Bloodlines es el spin-off de Vampire Academy, en esta opinión me dirijo principalmente a los que habéis disfrutado de esta saga: Richelle Mead sigue en su línea y no defrauda, de modo que no os lo podéis perder. Sydney como protagonista está genial, se abren nuevas tramas y el estilo resulta tan ameno como de costumbre; ojalá llegue a traducirse al castellano, aunque con lo que se está haciendo esperar Blood promise no tengo muchas esperanzas. A los demás, herejes que todavía no habéis caído en las redes de esta autora, os animo encarecidamente a descubrirla con Vampire Academy. Si os gustan este tipo de libros, esta serie es de lectura obligada (os lo dice una lectora que se ha tragado muchos bodrios).
Ay, con estos vampiros sí que me perdería…
Mi valoración: 8,5/10