Blouse son uno de los secretos mejor guardados de Portland, y desde hace unos meses, el nuevo fichaje del sello neoyorquino Captured Tracks. Si habéis seguido esta discográfica, ya sabéis por donde pueden ir los tiros en lo que se refiere a este trió de la costa oeste americana. Vamos, que es otra banda de indie-pop con algún tinte electrónico, y que por supuesto, tiene una fijación con los ochenta – quien iba a decir que la década hortera por excelencia iba a influir a tantos buenos grupos –.
Aunque, ciertamente, está empezando a haber una saturación de este tipo de grupos, Blouse suenan de maravilla y te atrapan a las primeras de cambio. La delicada voz de Charlie Hilton; sus ensoñadoras melodías, y esos teclados, te transportan directamente a una película de John Hughes – el director de cine de los ochenta es una reconocida influencia de la banda -, y la verdad es que enganchan con mucha facilidad.
También es cierto que en este debut han metido todos los singles que han ido sacando a lo largo del año, por lo tanto, canciones como Videotapes, Firestarter e Into Black ya las conocía, e incluso he metido alguna en mis recopilaciones – por cierto, os debo la del mes pasado -. Eso sí, tampoco pasa mucho, ya que las tres son estupendas. Al igual que esa joya que es Time Travel; todo un pepinazo de electro-pop que nos recuerda a los mejores Visage, y la preciosa Roses.
Otro punto a su favor, es que también se mueven muy bien en el dream-pop, y en algunas canciones – They Always Fly Away y Fountain In Rewind – suenan bastante a los inevitables Cocteau Twins, y a grupos más actuales como Beach House.
Desde luego, parece que el sello de Brooklyn no falla ni una, y otra vez nos descubre a un grupo con un futuro de lo más prometedor. Aunque ahora que lo pienso, los primeros en editarles un single fueron Sub Pop, así que el merito también es del mítico sello de Seattle.
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