Allí estaba yo en un tren rodeado por todas partes y sin saber donde meterme cuando la vi. Ya no se hacen mujeres así, o por lo menos looks así: Guantes de cabritilla, boquilla kilométrica para fumar, más laca que un armario chino... y aún así divina.
Me esperaba en una mesa del vagón restaurante, ante ella una impactante bebida azul.
Me dijo que era un "Blue golden lady" y pidió otro para mí. Sólo alguien con tanto charme podría beber un cóctel tan extravagante sin despeinarse, aunque seguro que la laca también ayudaba.
Y de aquí en adelante todo se vuelve frenético: Nos liamos, nos enamoramos, me traicionó, me persiguió un avión fumigador, la engañé, subimos el monte Rushmore, lo bajamos, detuvimos a los malos y básicamente salvamos el mundo libre.
Porque la chica tenía lo suyo, de novia del malo y espía consorte a agente doble para acabar como mi señora. Sí, al fin iba a tener una vida de ensueño en el bosque de los cuentos.
Me gustaría deciros que todo salió bien, que fuimos felices y comimos perdices, pero entenderéis que mi hogar no es el sitio más emocionante del mundo y ella, adicta a la adrenalina, no sabía que hacer con su vida. Se apuntó a pilates, a cursos de crochet, a vuelo sin motor... pero nada la llenaba.
Aunque no se quejara, yo la la veía languidecer poco a poco. Cuando no lo soporté más le dije que lo mejor sería separarnos antes de empezar a odiarnos.
De vez en cuando recibo postales suyas desde los sitios más remotos, cada una con una firma diferente, pero siempre la marca de sus labios color laca china.
Golden blue lady
1 medida de zumo de limón
4 medidas de curaçao
2 medidas de ginebra
1 medida de sirope de naranja*
Hielo picado
Poner todos los ingredientes en una copa, remover brevemente y disfrutar.
* El sirope de naranja es lo que queda despues de hacer estas naranjas confitadas. Si no lo tienes puedes sustituirlo por miel o sirope de agave
*Esta receta participa en el concurso con el que April´s kitch celebra su tercer aniversario. ¡Felicidades!