El amor sale herido de muerte en este geografía plagada de fracasos existenciales. Atravesar la adolescencia es lo que tiene, que puede suponer saltar al vacío sin una red que te proteja del salto, aunque en ocasiones, seamos más que conscientes que merece la pena saltar sólo por disfrutar un segundo de la sensación de libertad que te recorre por todo el cuerpo hasta que llegas al suelo. La valentía del director Derek Cianfrance es dejar que tanto Gosling como Michelle Williams muestren sus mejores artimañas interpretativas a la hora de retratar su particular descenso a los infiernos, a lo que sin duda, contribuye el más que acertado movimiento de la historia en forma de flashback que se nos va desgranando a lo largo del film, pues aparte de protegernos contra un relato lineal más previsible, podemos comparar las dos caras de la moneda en las que se dividen sus vidas. El brillo se torna oscuridad y el amor rencor, pues todos somos víctimas a la hora de ir en busca del Edén, y cuando la aventura se convierte en rutina, el amor desaparece de nuestras vidas sin necesidad de ir a buscarlo a otro lugar, porque muchas veces excava su propio agujero en nuestro interior, rebuscando en el fondo más profundo de nuestras decepciones. Blue Valentine es el relato que supone asumir la valentía del fracaso, porque cuando se pierde, también hay que saber hacerlo con dignidad. Reseña de Ángel Silvelo Gabriel.
El amor sale herido de muerte en este geografía plagada de fracasos existenciales. Atravesar la adolescencia es lo que tiene, que puede suponer saltar al vacío sin una red que te proteja del salto, aunque en ocasiones, seamos más que conscientes que merece la pena saltar sólo por disfrutar un segundo de la sensación de libertad que te recorre por todo el cuerpo hasta que llegas al suelo. La valentía del director Derek Cianfrance es dejar que tanto Gosling como Michelle Williams muestren sus mejores artimañas interpretativas a la hora de retratar su particular descenso a los infiernos, a lo que sin duda, contribuye el más que acertado movimiento de la historia en forma de flashback que se nos va desgranando a lo largo del film, pues aparte de protegernos contra un relato lineal más previsible, podemos comparar las dos caras de la moneda en las que se dividen sus vidas. El brillo se torna oscuridad y el amor rencor, pues todos somos víctimas a la hora de ir en busca del Edén, y cuando la aventura se convierte en rutina, el amor desaparece de nuestras vidas sin necesidad de ir a buscarlo a otro lugar, porque muchas veces excava su propio agujero en nuestro interior, rebuscando en el fondo más profundo de nuestras decepciones. Blue Valentine es el relato que supone asumir la valentía del fracaso, porque cuando se pierde, también hay que saber hacerlo con dignidad. Reseña de Ángel Silvelo Gabriel.