Ya sea en tres días o tres semanas, nuestra cartelera porteña estrenará Blue Valentine, película que seguro resuena en las mentes de los cinéfilos argentinos por su candidatura en la última entrega de los premios Oscar (donde la nominada Michelle Williams perdió -en nuestra opinión injustamente- ante la sobrevalorada Natalie Portman) y por su participación de la sección Panorama/Corazones en la 13ª edición del BAFICI.
“Una historia de amor” es el subtítulo que los distribuidores vernáculos eligieron para promocionar la crónica de desamor que el realizador Derek Cianfrance presentó en los Estados Unidos a principios de 2010. Más atinados fueron los colegas mexicanos y colombianos que, otra vez según IMDb, apostaron a la literalidad con la traducción Triste San Valentín.
El poster para su promoción local dista de aquel boceto que ilustró la reseña original de Espectadores, publicada diez días antes de la cobertura online de la contienda oscariana. El beso apasionado entre Williams y Ryan Gosling parece prometer escenas hot que el film no explotará (de hecho, las relaciones sexuales que mantienen Cindy y Dean son síntoma de tedio matrimonial).
A mediados de febrero pasado, temimos que una posible derrota en la gran alfombra roja generara “vacío en las salas argentinas”. Por suerte, en tres días (o tres semanas) los espectadores porteños podrán asistir a una opera prima con dos grandes aciertos: un muy buen manejo de los actores que conforman la dupla protagónica y un guión sustancioso, sin estereotipos ni concesiones.