La gama de coches eléctricos de BMW-i, actualmente compuesta por i3 y ampliándose con la llegada en el mercado de la i8, hace un uso extensivo de fibra de carbono, un material que es cada vez más transversal a todos los fabricantes.
La marca alemana ahora cuenta con algunos de los secretos de este material altamente resistente, desde sus inicios hasta el momento se instala en los coches de BMW, con especial énfasis en los asientos de los pasajeros de la BMW i8, i3 y que son construidos en fibra de carbono.
En un viaje que comienza en Moses Lake, municipio de Washington, más allá del sitio de la marca en Wackersdorf, pasando por lo tanto a las líneas de ensamblaje de BMW en Leipzig para luego entregar esta unidad de producción para todos los representantes de la marca alrededor del mundo, el camino emprendido por la fibra de carbono es largo, pero muy interesante. Este material de alta resistencia y menor peso que el acero (si bien no tan resistente) está muy en boga en diferentes ramas de la industria, la creación y las principales ventajas de la utilización de fibra de carbono en la industria automotriz hace que se esté convirtiendo en un componente estrella en la fabricación de vehículos de movilidad sostenible a fin de poder mejorar la autonomía gracias a un menor peso pues este un material que se presenta por tener solamente 1/7 del grosor de un cabello humano pero que al final de su viaje de producción resulta ser un tejido complejo y altamente resistente.
fibra de carbono