Bobi nació en un pueblo, fue pasando de mano en mano desde cachorro, y por desgracia todos sus "dueños" le maltrataron. Asustado, herido y ya viejo Bobi empezó a deambular por las calles del pueblo donde una familia se apiado de él dándole de comer y beber a diario. Esa misma familia una noche de verano oyó a Bobi chillar, a gente gritando y cuando ya salían por la puerta vieron un coche irse. Bobi llorando de dolor se acercó a ellos, sabiéndoles buena gente, y a la luz vieron que tenía una tremenda herida en un costado. Creemos que pudieron echarle ácido porque en la enorme cicatriz no ha vuelto a crecerle el pelo. Asustados y temiendo que hicieran algo más a Bobi, la familia nos llamó y fuimos a recogerle. Ahora Bobi se ha recuperado totalmente.Le encantan las personas y las sigue a todas partes, nos da con su morro para pedir mimos y más mimos y por fin sus ojos parecen haber encontrado la paz. Pero un nuevo reto ha llegado para Bobi, los fríos, nieves y heladas abulenses que hacen que el pobre se pase el día en su caseta tiritando de frío. Una colaboradora le ha hecho un abrigo a medida pero aún así Bobi tiembla en las heladoras mañanas. ¿Nadie tiene un hueco en su casa o chalet para dar un hogar calentito a Bobi? No nos importa que fuera a otra provincia. El caso es que los últimos años de su vida los pase con una familia que le quiera de veras. Es un perro extraordinariamente amable de carácter, incluso entre sus congéneres. Ningún problema con machos ni con hembras que sean también de su carácter. Nunca hemos visto que se meta con nadie BOBI, en realidad no es más grande que un pastor alemán. Aunque tenga el aspecto de un mastín. Y además es muy, muy tranquilito. Seguro que se sienta en la alfombra y no hace un ruido ni un movimiento brusco Contacto Tfno: 685 84 00 66 / [email protected]
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