Bocados y Pecados

Publicado el 05 abril 2010 por Piniella


Un periódico de tirada nacional nos asustaba al mundo portuario de la provincia con un sugerente título “Tánger-Med ya pega bocados”, el subtítulo del artículo era igualmente elocuente: Maersk quiere llevarse el 25% de su tráfico en Algeciras a Marruecos. A nadie le debiera extrañar esto de que en un mundo de lobos, la Globalización desempeña un papel deslocalizador en todo tipo de industrias, incluída la marítimo-portuaria, ¿quién se acuerda de cuando los navieros españoles abanderaban sus barcos con la rojo y gualda? ¿quién se acuerda de cuándo la SeaLand, en un alarde de desvaneo amoroso, nos fue infiel con el puerto de Algeciras y nos dejó en aquella estacada de hace ya unas decenas de años? Alguién podía o debía haber pensado que más tarde o temprano, un puerto en Marruecos podría competir con otro de igual características catorce kilómetros más al Sur. Parece ingénuo creer en un Mundo Feliz en el que se complementen tráficos, más en un sector tan competitivo e internacionalizado como es este. Los pecados han sido la dependencia de tráficos y monocultivos, que llevemos años y años sin mejorar la línea férrea desde Algeciras y sobre todo que no se haya ampliado la cuota de mercado del hinterland de la Bahía de Algeciras, algo de lo que afortunadamente sí que pueden presumir puertos pequeños como el de Cádiz capital.Tampoco hay que, en este lunes de Pascua, seguir afligiéndose con las pérdidas de mercado y competitividad. Momentos de crisis son los que generan cambios. La clave son las soluciones, los valores positivos del primer puerto español: el personal humano cualificado, el valor añadido de la rapidez y seguridad en los movimientos de contenedores y mercancías, la agilidad, la innovación, la formación, y por qué no, la independencia necesaria de cada puerto, que en el caso de Algeciras puede beneficiarle en una mayor autonomía a la hora de establecer sus propias tasas.No podemos competir con el puerto de Tanger-Med en el coste de la mano de obra, porque no se trata, con permiso de Díaz Ferrán, de bajar el nivel de vida de nuestros trabajadores al de Marruecos, pero sí que se trata de buscar en nosotros lo que suponga una mayor eficiencia y un menor tiempo en las operaciones que los buques deban emplear en la carga y descarga portuaria.
Publicado hoy en DIARIO DE CÁDIZ.