Cuando pensamos en una boda siempre la relacionamos con colores suaves, tonos delicados, más bien de la familia de los fríos. El color suele aparecer en toques muy determinados, el ramo de la novia, los zapatos, algunos toques en la corbata o pajarita de novio, pero sin quitar el protagonismo al blanco.
Pero, ¿y si olvidamos estos convencionalismos y hacemos que nuestra boda sea una boda a todo color?, el resultado podría ser así, ¿te gusta?