El curioso caso de Fernando Amorebieta, podríamos titular también este artículo. Amorebieta es uno de esos defensas aguerridos del Athletic de Bilbao, que define la idiosincrasia de un equipo del norte: pelear todas las jugadas, no dar un balón por perdido, protestar, entrar al trapo… pero es que también sabe jugar el balón. Y ese va a ser al final su problema.
Muchos ven en él un jugador de futuro para la selección española. A sus 25 años, este jugador nacido en Cantaura, en el Estado de Anzoátegui (Venezuela), es uno de los puntales del proyecto de Caparrós. Un jugador polivalente, se defiende bien como central y como lateral izquierdo, que tiene opciones de vestir la roja.
De hecho Vicente del Bosque le citó para el amistoso que enfrentó a España y Dinamarca, pero no llegó a debutar. Sí que ha jugado en las categorías inferiores, siendo uno de los jugadores titulares de la aquel combinado sub-19 donde compartía vestuario con nombres como Sergio Ramos, Soldado, Silva o Albiol.
Antes del Mundial el entorno del jugador ya empezó a meter presión para que fuera convocado por España, amenazando que en caso contrario Fernando vería con buenos ojos ser seleccionado por su país natal. Del Bosque no confió en él, ni lo ha hecho en las dos últimas listas post-Sudáfrica. Así que Venezuela ha movido ficha y le ha convocado para los amistoso que jugará la próxima semana contra Colombia y Ecuador.
El seleccionador venezolano le lleva siguiendo tiempo. El señor Farías viajó en mayo de 2008 a San Mamés a presenciar un Atlhetic-Mallorca con la intención de ver en directo al jugador y convencerle para que se vistiera la elástica vinotinto.
Amorebieta, desde entonces, ha jugado dentro y fuera del campo. Con el balón todos conocemos sus cualidades, y en la prensa del país que le vio nacer ya saben cómo se deja querer el jugador del Athletic. Y ha removido tanto porque en su contrato tiene una cláusula por la que se embolsaría un buen pellizco si es convocado por la selección, la que sea.
Ahora se ha retractado. Después de haber sido incluido por Frías en su lista, ahora dice que no, que se lo ha pensado mejor, que no quiere jugar con Venezuela. Las razones pueden ser muy diversas: puede que le haya llamado Vicente del Bosque para decirle que cuenta con él en el futuro (dudo mucho que Del Bosque se meta en un berenjenal semejante y llegue a hacer falsas promesas); puede que el Athletic le haya dado el plus si no iba a jugar hasta Venezuela (el sábado empieza la Liga y sería un trastorno para la preparación de los rojiblancos, además, curiosamente, Amorebieta tomó la decisión tras ser asesorado por su presidente, el señor Macua); puede que no se hubiera dado cuenta de que no tiene la nacionalidad venezolana y que sin ella no podría jugar con la camiseta vinotinto (antes de los 21 años tenía que haber pedido a la FIFA el cambio de selección, ahora se ha derogado esa normativa y debería escribir una carta de intenciones al organismo internacional y solicitar una cédula de identidad venezolana).
Curiosamente, los colores de la única “selección absoluta” que ha vestido son los de la selección de Euskadi. Y curiosamente debutó en 2007 frente a Venezuela en San Cristóbal. Demasiadas casualidades.
El caso es que donde dije digo, digo Diego. Amorebieta se sentía primero español, luego venezolano y ahora de nuevo español. Ese es sentimiento patriótico y lo demás son tonterías. Los jugadores mercenarios llegan ya a las selecciones. Jugadores a la carta. Y todo por cuatro pesetas.
Amorebieta se ha equivocado, su entorno no ha sabido asesorarle. El jugador es quien más ha perdido en toda esta jugada. No ha sabido moverse como debía. Definitivamente no vestirá la camiseta vinotinto, al menos hasta la próxima revisión salarial.
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