Bodegas Cámbrico

Por Paloma Alós @eltercerbrazo

Bodebas Cámbrico

Descubriendo el paisaje

Tras unos días planificando y decidiendo por dónde perdernos esta vez, le tocó la china a la Sierra de Salamanca.

Entrando por Guijuelo, al sur de Salamanca o por la parte más cercana a Extremadura y tras kilómetros y kilómetros de interminables dehesas, el paisaje empieza a mostrarnos su lado más salvaje, los majestuosos pinos se intercalan con los robles, brezos y madroños… y ya empiezan a aparecer tímidamente las primeras cepas sobre las terrazas de piedra seca intercaladas con los frutales.

En el corazón de la Sierra, en Villanueva del Conde nos espera Bosi, viticultor de la zona y parte importante de la bodega que vamos a visitar, Cámbrico.

La arquitectura de los pueblos serranos nos revela una parte de la historia, con casas adosadas y un piso inferior en piedra que impone resistencia y fortaleza como la viticultura que pronto nos encontramos.

De camino a las parcelas que posee la bodega, el parque de la Sierra de Francia se descubre con su vegetación exuberante de helechos, acebos, brezos que simulan casi un paisaje de cuento.

Y por fin las viñas salpicando las terrazas… Situadas en laderas orientadas al Sur, a unos 800/900m de altura sobre suelos de granito y pizarra (pizarra corneana que llaman), se cultivan las variedades tintas Rufete y Tempranillo y unas cepas recuperadas de Calabrés (Garnacha), variedad casi desaparecida en este zona que aparece como una auténtica superviviente intercalada entre el resto de variedades.

Todo en ecológico, con cubiertas vegetales, que se siegan en la época adecuada, tratamientos ecológicos a base de preparados de plantas, este conjunto de prácticas de cultivo darán como resultado una materia prima en perfectas condiciones sanitarias para la elaboración de los vinos de cámbrico.

Pasamos a Bodega

La entrada de la bodega semeja un bosque encantado, las piedras graníticas tapizadas de musgo y helecho, la hojarasca formando una alfombra continua… no nos hubiera extrañado que se asomaran pequeños duendecillos a darnos la bienvenida.


Los dólmenes graníticos se utilizan como columnas formando el porche, un banco de piedra a la entrada de bodega para reflexionar…y por fin nos descubren sus secretos.


La bodega se encuentra semienterrada, bajando encontramos

el laboratorio a la derecha, los depósitos de inox, y la maquinaria utilizada para recepción y vinificación, se trabaja por gravedad, sin utilización de bombas, para ello con la ayuda de un OVI (cubilete que se llena mediante una cinta transportadora), se va repartiendo al resto de depósitos…pasamos a la sala de barricas y finalmente

La cata de los Cámbricos

Los Vinos catados Las viñas del Cámbrico y 575 uvas de Cámbrico, ambos transmiten la esencia de la naturaleza que les rodea.

Las viñas, fresco y frutal, 6 meses de barrica, la Rufete con esa finura, el tempranillo y el toque de Garnacha conforman un vino envolvente y rico.

El 575, con 18 meses en barrica se mantiene perfectamente equilibrado, fresco y amplio… un placer de vino.

Debo reconocer que la Rufete me ha enamorado… Hasta la próxima.

Patricia Pellicer

Consulta el artículo de donde presentamos la vinoteca Vintast, de Castellón: Vintast