Los vinos de Bodegas Cándido Hernández Pío tienen una identidad que podemos definir como tradicional y moderna al mismo tiempo. Es una bodega con historia en uno de los sitios vinícolas más antiguos que se conocen y con un terruño de excepción, las Islas Canarias. Las raíces de las vides que componen estos vinos crecen en suelo volcánico, lo cual ofrece características únicas a los frutos de estas tierras. A esto se suma una visión comercial de acercar esta historia de elaboración de caldos centenaria buscando seducir a un público actual ávido de sensaciones diferentes, que cuenta con un paladar exigente y con muchos vinos en el mercado. Para ello, nada mejor que elaborar vinos de carácter bien local extrayendo al máximo las características del suelo canario. Los resultados están a la vista (al olfato y al paladar), con vinos de gran calidad y máxima expresión. Sus vinos blancos me han cautivado por ser muy frescos, intensos y con notas muy particulares. Y de sus tintos, destaco las características únicas y especiadas de sus variedades autóctonas, como la Listan o la Negramoll.
Los vinos de Tenerife en general, y los de Cándido Hernández Pío en particular, son un tesoro escondido a develar. Poco o nada se conoce de los vinos canarios en estas tierras canadienses y hasta me atrevería a decir en muchas otras regiones del mundo. Lo cual espero que cambie, dando difusión y permitiéndonos descubrir vinos diferentes, de regiones vinícolas menos convencionales.
Sin más preámbulos, aquí les comparto mis notas de cata sobre los vinos degustados. Dos apelaciones diferentes: DO Tacoronte Acentejo y de la DO Valle de Güimar, una magnifica variedad que me ha dejado una idea por demás acabada de las características de este terruño único en el mundo. ¡A la espera de que próximamente puedan verse y disfrutarse en Quebec!
Calius CrianzaDO Valle de Güimar