Bodegas hacienda monasterio

Por Figuereo

Sin duda había gran expectación porque llegaran los vinos de esta bodega, y más si nos los iban a exponer en plan “cata vertical”. Mucha gente se quedó fuera de ella, incluso realizándola dos días y uno más en una cata privada, pero es lo que tiene a veces el mundo del vino, no se puede abarcar todo. La bodega en cuestión es HACIENDA MONASTERIO de “la milla de oro” de la D.O. Ribera del Duero, una de las más conocidas a nivel nacional. Y es que cada vez van cogiendo más fuerza y repercusión las catas y presentaciones de la vinoteca del Puerto de Santa María, “Vinos y Maridaje” del Grupo Merino. Y prueba de ello, el anterior post de este humilde pero apasionado blog dedicado a una cata realizada en este buen establecimiento. Fueron cuatro las añadas elegidas para esta cata: COSECHA 2007, COSECHA 2008, COSECHA 2009 y RESERVA 2006.
 Impartiendo la cata Chrystelle Moran, comercial de esta bodega riberense por toda España, que nos transmitió todos los conceptos que identifican a una bodega que realiza todo su trabajo de una forma rudimentaria, antigua, casi ancestral, pero siempre respetando todo lo que la tierra da y quita. Por eso, cada añada expresa lo que el año dio, sea bueno o malo, sin manipulaciones tanto en la viña como en bodega, porque como Chrystelle dice: “Es lo que hay”. Utilizan abonos totalmente naturales, infusiones para la vid cuando le hace falta, toman muy en cuenta los movimientos astrales para todos los ejercicios de la cosecha, etc. Son las normas o reglas por las que se rige esta bodega y que siguen al pie de la letra ya que verdaderamente con ellas no les han ido nada mal. Y gran culpa de este éxito lo tiene uno de sus enólogos, Peter Sisseck, al que ya nos referimos en una antigua entrada de este blog. Es en esta bodega donde dio sus primeros pasos en España, cuando todavía era un chavalito, y miren hasta dónde ha llegado, a elaborar PINGUS, el vino más caro de España y uno de los más codiciados del mundo.  

Entrando de lleno en los vinos que se cataron (todos con coupages en diferentes proporciones de tinta del país, cabernet sauvignon y merlot), debo dejar bien claro que son caldos que por la añada, porcentaje de los coupages o por el tiempo de crianza entre otras cosas, son muy diferentes entre sí, siendo esto muy común en esta bodega que siempre refleja en sus vinos las jugarretas o bonificaciones del año en cuestión. Esta particularidad es muy positiva en este tipo de catas, las verticales, que expresan esas diferencias (rendimiento, inclemencias, horas de sol, plagas, enfermedades, etc.) y hacen la cata muy amena y divertida. Pero ante todo, se pudo comprobar que estos vinos tienen características comunes: armonía en su conjunto, equilibrio, elegancia, frescura, profundidad y gran capacidad para la guarda. De las cuatro añadas, la del 2007 y 2008 parece que fueron las más adversas, es decir, las más difíciles y arriesgadas; fueron dos años muy fríos, con heladas, y por consiguiente poca maduración y menor producción, pero esto no quiere decir que salieran vinos de poca calidad, todo lo contrario, a veces al tener que hacer una mayor selección del fruto se consiguen caldos más expresivos y complejos… es lo que tiene el vino. El vino de la añada 2009 fue para mí el que mostró su mejor estado de forma, no estaba ni verde ni muduro respecto a su evolución en el tiempo, es decir, en su mejor momento para su consumo; acidez impecable y taninos firmes pero amables, en una añada señalada como excepcional por Chrystelle en la que se decidió madurarlo en barrica de roble francés de Allier durante 22 meses. El vino que nos queda, el RESERVA 2006, mostró su potencial de futuro, su gran estructura y acidez para que lo dejemos reposar en condiciones idóneas durante ocho o diez años más y nos revele un ramillete, seguro que fabuloso, de aromas primarios y terciarios. 

Cada vino, cada año, cada momento… son diferentes y eso gusta, es una de las particularidades de este interesante mundo, el MUNDO DEL VINO.
Hasta pronto!!