El Body Combat se ha convertido en una de las actividades más atractivas de los gimnasios. Es un deporte aeróbico que emplea pre-coreografías que incluyen movimientos a base de puños y patadas, siguiendo una técnica establecida, y lógicamente, sin agredir a nadie ya que en ningún momento se realiza ningún contacto con otras persona.
El body Combat utiliza una combinación de ejercicios con artes marciales como Kick Boxing, Karate, Kung Fu, Tai-Chi, Full Contact, Twaekondo, etc, que se sincronizan con la música y generan un ambiente cargado de energía, ideal para liberar tensiones y descargar adrenalina.
Aunque quizá, y para los que no lo hayáis probado nunca, os pueda parecer que son clases de defensa personal o algo por el estilo, nada más lejos de la realidad. Una clase de Body Combat solamente pretende potenciar la capacidad aeróbica, la fuerza, la flexibilidad y la resistencia al ritmo de la música y de una campana.
Las coreografías se mantienen durante tres meses, para así poder familiarizarse con la música, mejorar la técnica y la ejecución de los movimientos al ritmo de las canciones.
Durante una sesión de Body Combat se pueden llegar a quemar hasta 600 calorías, pero eso no es todo. Los beneficios de una sesión de Body Combat son:
Ayuda a mantener el peso y la forma física.
Ayuda a mejorar la postura corporal.
Contribuye a reducir la ansiedad y el estrés.
Miércoles, domingos, y siempre que puedo, los viernes son mis días Body Combat. ¿Y vosotros? ¿Habéis practicado alguna sesión de Body Combat? ¿Os animáis a ello? Estaré encantada de leer
Besos desde mi blog!!!