La comedia animada de Netflix habla de la existencia y da un discurso, más allá de los chistes del género
La fugacidad e hipocresía de la fama es llevado hasta lugares impensables en Bojack Horseman. Y es que la comedia animada de Netflix aborda cuestiones como el vacío y la soledad. Terrenos que aparecen a través del protagonista Bojack, actor -de una memorable comedia familiar- venido a menos. Este caballo con apariencia humana demuestra a todo aquel que se le cruce una agresividad verbal que parte de su frustración por no haber logrado nada más que ser un actor sin reflectores y vivir del pasado. En buena parte porque los medios de comunicación y la gente se lo recuerdan a cada instante.
Bojack Horseman es una serie con un tono espantosamente deprimente que, sin embargo, provoca risas, reflexiones y cariño. Nuestro caballo Bojack es un ser que ha estado descontento con la vida durante casi toda su existencia. Aunque recuerda con afecto la época de su comedia familiar Retozando, la serie Bojack Horseman muestra que aún en ese momento estaba molesto. Ahora, para olvidar eso, se refugia en el alcohol y las drogas. Pero quizá todo esto no sea tan importante, sino cómo, a partir de sentirse solo y desubicado, con una autoestima muy baja, va cambiando esas sensaciones. Aquí la comedia de Netflix apuesta por un personaje diferente como es la escritora Diane, quien se presenta como una persona empática que sabe escuchar. Aliento fresco para la mayoría de los personajes superficiales de Hollywood que abundan en la serie –porque Bojack Horseman es una crítica total al mundo del espectáculo y los medios de comunicación-. Con Diane, la serie ofrece instantes que sugieren que hay otras opciones de afrontar la vida: el aprendizaje por medio de los libros y la tolerancia como enseñanza. No importa que esto se realice desde la introversión. Eso es tan destacable como cualquier otra cosa.
Bojack Horseman. lleva tres temporadas. La última, estrenada en 2016.
Ni hablar de la animación, humor y crítica de la serie. La mayoría de los personajes son seres antropomórficos que se mueven con una libertad y simpatía que inquietan sobre su significado. Fuera del cuestionamiento y el intento por reflejar qué animal representa cada persona, sobresale el uso de colores vivos.
En cuanto al humor, existen ciertos chistes que se repiten a lo largo de los capítulos. Pero principalmente se basa en el absurdo y la exageración de la situación. Quizá la gracia radique en el doblaje latino. Y es que Bojack Horseman tiene un doblaje exquisito, hecho con un lenguaje y actores propios que le dan un sentido a cada uno de los personajes, recordando las mejores series que deben verse desde el español latino, como Malcolm el de en medio o Los Simpson.La crítica de Bojack Horseman hacia Hollywood se basa en cómo se trata el espectáculo, los formatos mismos de la televisión y la caducidad que condiciona a los actores, convirtiéndolos en seres olvidados. Si bien se tratan con humor, existe acidez en las críticas. Por ejemplo, en la invasión de la privacidad de los reality shows y la supuesta naturalidad que contienen, el Sr. Peanutbutter –amigo de Bojack-, le dice a este durante su propio reality show: “¿Podrías fingir que no están aquí?”, en referencia los camarógrafos que tiene enfrente y a sus espaldas.
La serie fue creda en 2014 por Raphael Bob-Waksberg, un comediante estadounidense
Además, también hay una crítica hacia las niñas actrices que conforme crecen, transforman su forma de ser –una clara insinuación hacia Miley Cyrus y demás-. Es una de las niñas actrices de la comedia familiar Retozando quien, años después, convertida en cantante pop, declara en un programa de espectáculos sobre cuál es el mensaje detrás de su música: “El público necesita saber que ya no soy una niñita. Soy toda una mujer adulta y sofisticada, y además tengo sexo y hago cosas sexi. A la gente le gusta el sexo, ¿ok? Y como yo ahora soy sexi, ¡me quieren!”Pero si en algo insiste la comedia animada de Netflix es en la búsqueda de la felicidad. Para ello, de nuevo el Sr. Peanutbutter regala una excelente frase al final de la primera temporada: “La clave para ser feliz no es buscar el significado, sino sólo mantenerse ocupado con tonterías sin importancia y eventualmente, morirás”.
La primera temporada de Bojack Horseman muestra el sin sentido en la vida de un protagonista perdedor, prepotente e ignorante como Bojack, a quien se le toma una empatía extraña. Quizá porque al final, no sea ni perdedor ni prepotente ni ignorante: sólo está buscando su camino.