BOLETÍN INFORMATIVO Nº 79
Mayo de 2016
In memoriam:
Mari Carmen Arrieta +8 de marzo de 2016
José Luis Velasco nos avisa que Mari Carmen Arrieta emprendió su último camino. Hospitalera, de Vitoria, había realizado su cursillo de novatos en Grañón en 2009 y desde esa fecha ayudó en unos cuantos albergues pues grande eran sus ganas de ayudar a los peregrinos. Siempre con su marido y también hospitalero Isidoro, atendió aquí y allá a cuantos lo necesitaron.
Quiere José Luis mandar esta noticia y tener este recuerdo como homenaje a una
mujer que hizo de la entrega a los demás un faro en su vida. Nosotros, por nuestra parte, mandamos un sentido abrazo a su familia a la que nos unimos en sus oraciones sabiendo, también ahora, que Mari Carmen estará atendiendo en el albergue último esperando nuestra llegada.
Que Dios y Santiago la tengan en su Gloria.
Ramón Lasa Múgica +21 de abril de 2016
Fernando Imaz nos da noticia del fallecimiento de este hospitalero de San Sebastián.
Un histórico de la Hospitalidad.
“En un correo anterior te comentaba que mucho me temía, dada la delicada situación de varios hospitaleros veteranos de nuestra asociación, que pronto tendríamos nuevos fallecimientos y, efectivamente, ha sido así.
Ayer falleció en San Sebastián a los 87 años, Ramón Lasa, veterano peregrino que celebró su jubilación haciendo el Camino de Santiago desde Alemania a Compostela.
Más tarde, ya con tiempo disponible, se incorporó como hospitalero en 1997 en
Roncesvalles y continuó ejerciendo como tal en distintos albergues. Era una muy buena persona, un santo varón que pasaba casi desapercibido por su discreción y buen hacer.
Hasta hace bien poco, hacía el Camino de Santiago todos los años, saliendo el mismo día de septiembre y realizando siempre las mismas etapas, junto a su inseparable Juan Gárate. No había pobre en el camino que le pidiera al que no le comprara un bocadillo; dentro de lo posible, prefería dar comida a dinero.
Me conoces y sabes que no soy partidario de repartir elogios, pero ha coincidido que se nos están marchando los mejores.
Llevamos ya 12 hospitaleros que se nos han muerto últimamente, y sería una muy buena noticia que, en lo que resta de año, no tengamos más fallecimientos”.
Para todos ellos, de los que sabemos sus nombres y de los que no, rogamos una oración por su eterno descanso.
Ruavieja 3, bajo
l 26001 l Logroño l La Rioja l
www.caminosantiago.org
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“Hospedando”
Como sabéis, dentro de la celebración del XXV aniversario de Hospitaleros voluntarios, publicamos “Hospedando” un libro con relatos, anécdotas y vivencias de más de 180 hospitaleros.
Este libro sirvió como recuerdo del Encuentro de fin de temporada que celebramos en Santiago en diciembre de 2015, por lo que todos los asistentes pudimos llevarnos a casa un ejemplar.
Así mismo, todos los coautores han recibido uno, así como las Asociaciones Jacobeas Federadas, Centros de documentación del Camino y bibliotecas jacobeas.
Aún quedan sin distribuir algunos ejemplares que ponemos a disposición de quien esté interesado en tener uno.
Lo tiene que solicitar a Manuel Oliva en sacalejo@hotmail.com y sólo a esta
dirección y se enviará a su casa a portes debidos. Esto significa que el que quiera el libro, tiene que pagar los gastos de envío.
Se adjudicarán por estricto orden de petición y hasta agotar las existencias.
No se enviará un nuevo ejemplar a los que ya lo tengan por ser coautores o por
haberlo recibido en el Encuentro de Santiago pues buscamos la máxima distribución si hay personas que quieren hacerse con un ejemplar y no lo tienen aún. Quien esté interesado –no lo tenga o lo tenga ya por haber estado en Santiago o ser coautor- que nos lo diga a través de la dirección de Manuel Oliva.
Hospedando, 25 años de historias y anécdotas de Hospitaleros Voluntarios.
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¿Peregrinos o turistas?
En los cursos para nuevos hospitaleros –este y otros años- surge, entre los
novatos, la distinción entre peregrinos y turistas (la horrísona palabra turigrino)
teniendo, estos últimos, una distinción peyorativa. Con suertes diversas, intentamos explicar –y convencer- de lo poco justas que son esas distinciones.
Buscando en los muchos escritos que guardo he encontrado estas palabras; son
ya de algunos años pero quizá sirvan de guión para pensar sobre el tema. Quizá
convenzan, quizá no.
¿Por qué hacemos esta distinción? ¿Será por los miles que caminan hacia
Santiago? ¿Peregrinos o turistas?... , y se me ocurren otras preguntas:
¿Quiénes somos para plantearnos tal cuestión? ¿Desde qué consideración
sobre nosotros la hacemos? ¿Desde el convencimiento de que sí somos peregrinos y otros no? ¿No seremos también turistas del Camino? Si no fueran miles esos que ahora caminan a Santiago tropezándose unos con otros, ¿importaría que fueran turistas y no peregrinos? ¿Por qué nos planteamos esta cuestión, por la cantidad o por la calidad de los caminantes?
¿Quién decide lo que es bueno y lo que es malo para el Camino? ¿Es más
peregrino el que sale de San Juan de Pie de Puerto que el que comienza en Cebreiro? ¿Es menos peregrino el que camina en verano y desde Sarria? ¿Ser turista por el Camino de Santiago es malo? ¿Quién, en el s. XXI, se atreve a hacer una definición veraz de peregrino?
No había turistas haciendo el Camino en la época dorada de la peregrinación...
simplemente porque no había turismo; no había una actividad que ocupara el tiempo libre de la gente y que les supusiera un desembolso económico. Ni había tiempo libre ni dinero que sobrase; Europa era una bolsa de población con severos problemas: enfermedades, una media de vida cortísima, guerras, hambrunas, fronteras cambiantes y la amenaza turca por el este y el sur del continente y, antes, la musulmana.
La peregrinación era algo muy serio que obligaba a los peregrinos a un cambio
radical durante un tiempo. Una decisión que les marcaba de por vida, que tenía la
exigencia de un viaje en verdad duro y la entrega ciega a la causa de la devoción por el Apóstol.
El turismo aparece como fenómeno de masas en el siglo XX cuando la clase
trabajadora obtuvo el derecho a días sin trabajo remunerados. Hacer el Camino en la actualidad forma parte de la sociedad de ocio y tiempo libre, no nos engañemos. Los caminantes lo son -lo somos- durante las vacaciones, los puentes y otros días felices, y regresan a casa en los rapidísimos medios de transporte actuales.
Nos hemos encontrado gente que camina de un lado a otro, de Roma a
Santiago, de Santiago a Jerusalén, de Fátima a Lourdes... que hacen la Vía de la
Plata, el Camino del Norte, el Portugués, el Camino Primitivo, el del Ebro, la ruta Mozárabe... un año tras otro, ¿son peregrinos o coleccionistas de kilómetros?
¿Cuántas personas habéis encontrado con verdadero sentido religioso,
cumpliendo la peregrinación con la estoica elegancia del que no pide nada, que recibe agradecido y sobre todo, que no se hace notar? ¿Alguien cree que los que caminan vestidos con esclavina o llenos de insignias y cruces son más peregrinos que los que lucen quechua o the north face en su ropa? ¿No será que son los primeros la actual versión de los gallofos de antaño y los segundos la nueva generación de peregrinos a la que hay que acostumbrarse?
Hoy hay turistas entre los que transitan por en el Camino, y lo son pues creen –
les han hecho creer tras un bombardeo brutal de publicidad- que ponerse en el
Camino es vivir durante unos días en un entorno bucólico y por ello les molesta que haya coches por los pueblos o que el tendido eléctrico afee el paisaje; gente que cree que, por el simple hecho de decidir echarse al Camino, las dificultades se harán a los lados igual que el mar Rojo al paso de los israelitas. Que por ser propietarios de la famosa credencial ya tienen una pulserita de todo incluido como en los hoteles del Caribe. Que creen que todas sus necesidades serán resueltas por gentes sonrientes y amabilísimas que no tienen otro objetivo en sus vidas que atender el mínimo deseo que tengan y que, si se les contraría, amenazan con marcharse del Camino e irse a la playa –no estoy exagerando, me ocurrió siendo hospitalera en Cebreiro.
¿Quién tiene la responsabilidad de que personas que no tienen ni idea de lo
que es la peregrinación, crean que marchar un mes, una semana por el Camino de
Santiago es sólo divertido y barato? ¿Cuánto tendríamos que expiar los propios
hospitaleros –entre otros- por este boom turístico? ¡Y para qué mencionar a las
instituciones políticas y administrativas que han visto en el Camino y en los peregrinos una templaria gallina de los huevos de oro!
Turistas o peregrinos... tengo la impresión de que los caminantes actuales
somos producto de una mixtura: creyentes, descreídos, viajeros o buscadores,
perdidos, iluminados, ignorantes, sabios, irracionales, filósofos y buscavidas, gente que está por haber de todo, y excepciones a la regla... pero ¿cuál es la regla?
Animamos a otros a hacer el Camino como quien anima a conocer cualquier
resort, asegurándoles días de fraternidad, encuentros personales y amor por doquier.
¿Será que el Camino ya no tiene la meta en la tumba del Señor Santiago sino que
está en cada uno de nosotros mientras caminamos? ¿Es esta la moderna
peregrinación, la de la búsqueda del yo interior?
Me fui al Camino por primera vez en 1991. No tenía nada que cumplir, nada
que agradecer, nada prometido; sin ser especialmente creyente. Fui al Camino
porque, en los veranos de mi infancia a la orilla del río, en Carrión de los Condes, vi hombres con chirucas de albañil y bolsas a la espalda y mi padre decía que iban a Compostela. Hice el Camino porque oía a Barreda, otro Barreda, en la radio hablando de ello; porque compartí con personas que, en 1986, venían desde Colonia caminando y que, en agradecimiento por la invitación a una comida, cantaron en Villasirga el Dum Pater Familias que yo oía por primera vez. En 1991, llegué a Santiago el 29 de julio con tan pocos peregrinos que nos mencionaron a todos en la misa de 12. No era una
peregrina cuando comencé en Frómista pero tampoco era una turista. Cuando llegué a Palencia no era una peregrina, quizá lo fui después.
Andando el tiempo, con la experiencia de la hospitalidad y las conversaciones
con mis compañeros de albergues, he ido viendo claro que lo verdaderamente
importante es el hecho de la acogida y no el a quién acoges. He aprendido que es
mejor no juzgar y dejar al tiempo y al acogido la decisión de ser un peregrino o ser un paseante. Siendo hospitalera recibo y acomodo a visitantes y turistas, hay algún viajero y, afortunadamente para mí, peregrinos. En ocasiones,son los menos pero se les reconoce; pasan desapercibidos pero llenan el albergue y se van dejándome la seguridad de que rezarán en Santiago por mí, ¿no os pasa a vosotros?
De los otros (a los que no puedo calificar ni para bien ni para mal) sólo me
queda esperar que inicien el Camino tras llegar a casa, como la mayoría de nosotros.
Cambio en la presidencia de la Federación.
Desde abril de este año Luis Gutiérrez Perrino es el nuevo presidente de la
Federación Española de AA de AA del Camino de Santiago. Presidente de la
asociación de León, Luis es peregrino y también hospitalero; muchos de vosotros le conocéis personalmente.
Despedimos a Lita, la anterior presidente, en Santiago y ahora damos la bienvenida a Luis deseándole toda la suerte y el ánimo para afrontar el compromiso que ha
adquirido con el Camino.
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Comienza la temporada de verano y con ella llegarán a los albergues que atendemos, el número mayor de hospitaleros del año. Con la llegada del buen tiempo, aumentan los peregrinos por el Camino y ahí, un año más, estaremos nosotros. Habrá momentos duros y ratos dulces pero que todos sean por devoción al Apóstol, por ayudar al prójimo y por –ya sabéis- devolver al Camino lo que el Camino nos dio en nuestra peregrinación.
Felices estancias. Buen Camino.
CONVOCATORIAS
Nos queda un último cursillo para veteranos:
CURSO DE ITALIANO PARA HOSPITALEROS. Carrión de los Condes. 10-12 de junio. Inicio de inscripción 20 de mayo en anahosvol@caminosantiago.org hosvol@caminosantiago.org
Se informará de la confirmación de plaza con el envío de la información sobre el cursillo.
hosvol@caminosantiago.org ó 941 245 674Daniel Paniagua Díez