Bolivia. La lesbofobia existe, aunque no se vea.

Por Arturolodetti @latitudgay

Nota publicada por: Noelia Rendon en el portal SinEtiquetas.org

“Mi pareja Maria (nombre ficticio) y yo nos paramos en el pasillo del supermercado y nos besamos, seguimos hasta que llegó el supervisor y nos dijo: podrían retirarse. Están incomodando y faltando el respeto a la gente”. Lo cuenta Vanessa T. Su tono de voz refleja impotencia. 

Eran casi las 10 de la noche del viernes 16 de octubre. Vanessa T. y su pareja fueron retiradas tras darse un beso en un supermecado, ubicado en la zona de Sopocachi en la ciudad de La Paz, Bolivia.

El encargado de sala señaló que fueron los clientes quienes pidieron que se retiren. “María y yo nos miramos, ahí nos dimos el beso, no fue mucho tiempo. Empecé a sentir que había alguien a mi izquierda que nos observaba, abrí los ojos y en efecto estaba él (supervisor) con una mirada de indignación y de repudio. Entonces me aparté levemente y el supervisor nos dijo: ´den paso a la gente´”.

Vanessa T. aclaró que ellas no se encontraban en medio del pasillo sino a un costado. María respondió al personal del supermercado: “¿Qué estamos haciendo? ¿Cuál es el problema?”. En ese instante el supervisor les dijo que incomodaban y molestaban a la gente que quería pasar.

El supervisor del supermercado, según relato de Vanessa T, les dijo fastidiado “a mí no me interesa lo que hagan, yo estoy cumpliendo con mi trabajo”.

El encargado de sala del supermercado, quién se negó a dar su nombre, señaló que escuchó rumores de que dos mujeres se besaban en el pasillo: “No puedo andar vigilando quién se besa y quién no (…). Nadie del personal las ha votado, todos ellos usan distintivos, los mismo clientes han reclamado y ellos han sido los que pidieron que se retiren”.

Tras afirmar que cada caja tiene el letrero “Todos somos iguales ante la ley”, el encargado de sala afirmó: “No las hemos botado, nadie del personal se ha acercado, ellas se retiraron calmadas después de haber realizado su compra”.

LESBOFOBIA EN LA PAZ

La presidenta de la Red de Lesbianas y Bisexuales (RedLB-Bol) Claudette Rojas, señaló que existen pocas denuncias ante autoridades policiales y judiciales respecto a temas de lesbofobia (odio, aversión, violencia verbal, psicológica, física, represión y todo tipo de discriminación contra mujeres lesbianas y bisexuales) porque estas entidades son las mismas que vulneran los derechos de la población de mujeres lesbianas y bisexuales.

Un hecho similar ocurrió en un restaurante ubicado en la zona de Sopocachi de la ciudad de La Paz. Daniela G. y Fernanda (nombre ficticio) contaron que iban al lugar porque les había encantado la comida.

“Eran las 11:30 de la noche, el lugar estaba abierto y nosotras teníamos hambre. Mientras esperábamos sentadas nuestro pedido sentimos descortesía de parte del mesero sin embargo no quisimos ser susceptibles y supusimos que no estaba de humor”, relató Daniela G.

Fernanda había escuchado que el mesero quería irse, fue a entregarles su pedido y los mismos se encontraban con restos de suciedad. Ellas no querían reclamar, entonces se besaron.

“El mesero empezó a barrer cerca nuestro mientras nos besábamos y de muy mala manera apuntó a su reloj de mano indicando que nos fuéramos”, señaló Fernanda.

Posteriormente, Fernanda se comunicó con la dueña del lugar vía redes sociales informándole de lo sucedido y ella replicó que el lugar era familiar, pero que si regresaban se les asignará otro mesero. También refirió que “parte de ustedes educar al mesero”.

Claudette Rojas afirmó que en algunos lugares no se cumple con las leyes ni ordenanzas (son letra muerta)-Solo hay un letrero de “Todos somos iguales ante la ley” y eso de nada sirve si se vulneran los derechos.

El sábado 20 de diciembre del año pasado, Daniela G. y Fernanda recurrieron a una discoteca por la zona de Sopocachi.

“Recuerdo que se acercó un guardia del bar a la pista de baile, mientras me daba un beso con mi pareja y nos dijo: nosotros y el bar no tenemos problema con esto, pero la gente se está empezando a incomodar”.

Fernanda preguntó: “¿Si fuera un chico con el que me beso, no habría problema? El guardia respondió que no habría problema si así fuera”.

“Si dejamos pasar estas situaciones, nuestros derechos seguirían siendo vulnerados y la lucha quedaría en la nada”, advierte Claudette.

La norma 

La Ley 045 “Contra El Racismo y Toda Forma De Discriminación”, en su artículo 5, define como “discriminación” a “toda forma de distinción, exclusión, restricción o preferencia fundada en razón de sexo, color, edad, orientación sexual e identidad de géneros, origen, cultura, nacionalidad, ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil, condición económica, social o de salud, profesión, ocupación u oficio, grado de instrucción, capacidades diferentes y/o discapacidad física, intelectual o sensorial, estado de embarazo, procedencia, apariencia física, vestimenta, apellido u otras que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de derechos humanos y libertades fundamentales reconocidos por la Constitución Política del Estado y el derecho internacional. No se considerará discriminación a las medidas de acción afirmativa”.

Katherine Bustinza, psicóloga, opina que en la sociedad boliviana hay patrones culturales y prototipos de cómo debemos ser, y no se habla del tema. Así,  la estigmatización respecto a personas del mismo sexo, las fobias o miedos, y la falta de aceptación están en el terreno de lo invisible. 

El 12 de septiembre de 2009. Virgina Huanca fue asesinada por lesbofobia y hasta la fecha los culpables siguen libres. Este suceso promovió la promulgación de la Ley 348 para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia. Sin embargo, las agresiones persisten. Algunas pocas personas se atreven a denunciar, y la mayoría prefiere el anonimato. 

Noelia Rendon Periodista boliviana. Escribe en Página Siete y es corresponsal de Sin Etiquetas. 

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