¡Buen día de jueves! Y hoy por hoy despedimos el verano... ains... mira que una acaba harta de calores, pero una vez que se termina siempre me quedo con ganas de más... de más horas de luz, de más de ir en sandalias, de más de ir descalzo por casa... de más, ¡ya me entiendes!
Pero en fin, comienza una estación del año que también disfruto muchísimo, el otoño, parece que no pero también es súper apetecible... yo lo llamo la estación del todo en 1, ¡puedes hacer mil cosas! Hay miles de productos en el mercado, los de final del verano, los propios del otoño y los de comienzos de invierno; puedes hacer un refrito con ropa de verano-invierno... el sol aún calienta y es el mejor momento para hacer excursiones!
Yo que tengo mi propia paisajista en casa, jejeje... fin de semana que no trabajo, fin de semana que nos lanzamos de excursión, lo mismo da que sea al Retiro, el Pardo o la Granja, todo es en modo excursión, andar por horas, ver, disfrutar y sentarnos al fresquito.
Y, obviamente, si yo voy con paisajista ella va con chef, jejeje... lo que significa merendolas como Dios manda... con bien de empanada, filetes de pollo empanados, ensaladas en tarritos y, mis preferidos, ¡los bollitos preñaos!
Estos bollitos son muy típicos del norte, al menos yo sólo los veo allí, y, de hecho, hasta que empecé a hacer pan casero, sólo los comíamos en Fuenterrabia. Bueno, miento, en Fuenterrabía no... Cuando éramos pequeñas una de nuestras tradiciones era ir a las fiestas patronales de la zona... que en agosto había por todas partes, en ellas siempre había mercados de productos, bailes y juegos tradicionales y ferias de comidas diversas... Yo recordaba los pueblos y las fiestas por lo que comíamos más que por su nombre jejeje... y si en Pasajes de San Juan eran sardinas, por ejemplo, en pueblos como Orio, o Lasarte recordábamos los talos y los bollitos preñaos.
Yo, como os he contado millones de veces siempre he sido de mal comer y caprichuda... ¡me tienen que entrar las cosas por los ojos! total, que como decía mi padre, todo lo que no comía en el año lo comía en estas ferías... ¡señor qué saque! Me ponía como el kiko... como os digo, cuando no eran media docena de sardinas de esas del tamaño de pescadillas pequeñas era el talo de chistorra, seguido de la rosquilla recién frita, las patatas fritas, el cuenco de paella y vuelta a empezar!
Pero como os decía, mis preferidos eran los preñaos. Llegué incluso a probar uno, del tamaño de una hogaza pequeña que era como una pizza primavera en bollito, con cuatro sabores separados y todos en el mismo bollito, ¡de morirse!
Tengo ese recuerdo, pero no me acuerdo de qué eran los sabores, jejeje... debía tener yo 12 años, ¡imagináos!
Hace ya como 8 años María José de Pasen y Degusten publicó su receta de bollitos preñaos... y creo que fue una de mis primeras recetas de pan y de mis primeras recetas hechas de un blog, de hecho... ¡y que bien salen! Tan ricos, caseros y como tienen que ser, con su choricillo dentro.
Yo, por cosas de la costumbre los hago siempre en Fuenterrabía y siempre en verano, jejeje... ¡y siempre con chistorra!
¡Veréis qué fácil!
Receta de bollitos preñaos.
- 300 ml de agua templada
- 20 gramos de levadura fresca de panadero
- 550 gramos de harina de fuerza
- 5 gramos de azúcar
- 10 gramos de sal
- 1 ristra de chistorra lo más fresca posible, mejor
Modo de hacerlo:
1. En un bol mezclamos el agua con la levadura y el azúcar, removemos hasta integrar todo bien y dejamos reservado unos 5 minutos hasta que veamos que la levadura se ha activado y se forman pequeñas burbujitas en los bordes.
2. A continuación mezclamos en un bol hermoso la harina con la sal, añadimos el agua con la levadura y el azúcar y mezclamos todo muy bien.
3. Una vez veamos que ya se ha integrado todo bien y cuesta amasar en el bol llevamos a una encimera ligeramente enharinada la masa y seguimos amasando otros 10 minutos hasta obtener una masa homogénea, elástica y no pegajosa.
4. Devolvemos la masa al bol ligeramente engrasado de aceite, cubrimos con film y dejamos reposar la masa un par de horas, hasta que doble de volumen.
5. Pasado ese tiempo colocamos de vuelta la masa en la encimera, sacamos el aire y la extendemos formando un rectángulo, que cortamos en cuadrados medianos de unos 5x5cm.
6. Ponemos encima de cada porción un trocito de chistorra y cogiendo la masa por debajo cerramos las puntas haciendo una bolita bien sellada con cada porción.
7. Colocamos cada una encima de una bandeja de horno forrada con papel de hornear y cubrimos con un paño, dejando una hora más que la masa leve.
8. Pasado ese tiempo horneamos en horno precalentado a 200ºC calor arriba y abajo durante 15 minutos o hasta que veamos los bollitos dorados.
¡Cuidado y esperar a que enfríen antes de comerlos! Porque al morderlos sale el vapor del interior y te puedes achicharrar la boca... recomendación de mi padre que aún recuerdo, jejeje... ¡¡porque es cierta!!
Yo espero que viendo que la receta es sencilla os animéis a llevarlos en vuestra mochila la próxima vez que subáis al monte... si veis que lo vuestro no es la chistorra podéis hacerlo de lo que más os guste... rellenos de queso, jamón y queso, fuet, chocolate o nutella... con manzana pochadita...¡lo que más os guste!
Yo me despido por hoy.
Os mando un besazo grande,
Luz.