El día de ayer, 1 de agosto, ha sido un día importante: ha entrado en vigor la nueva convención internacional que prohibe las bombas de racimo, arma que aún es considerada legítima por algunos gobiernos.
La convención que prohibe el uso, desarrollo, fabricación, distribución y almacenamiento de las bombas de racimo fue firmada en Oslo, el día 3 de diciembre de 2008. Sin embargo para su entrada en vigor era preceptivo la ratificación de un mínimo de 30 países firmantes.
Ayer por fin, después de tan largo recorrido, entró en vigor esta Convención. Lograr que el tratado se convirtiera en una ley internacional solo dos años después de su firma ha supuesto un gran esfuerzo de cooperación entre los gobiernos, la sociedad civil, las entidades humanitarias, las organizaciones no gubernamentales y Naciones Unidas.
De momento han ratificado la Convención 37 países que se reunirán el próximo mes de noviembre en Laos, para trazar un plan de acción y decidir sobre los procedimientos de supervisión y también para diseñar la estrategia para que los países productores de las bombas de racimo se unan al desarme de estas armas letales.
Entre los firmantes está España, junto con otros países europeos como Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Eslovenia, Francia e Irlanda.
Sin duda hay motivos para alegrarse, sin embargo también lo hay para dudar de su eficacia ya que los principales productores de bombas de racimo como son Estados Unidos, Rusia, y China, no han firmado ni ratificado el tratado internacional. Tampoco los países con conflictos armados, vivos o latentes, como India, Israel o Pakistán, secundan la medida.
Quedan muchos países por ratificar la Convención, muchos. A pesar de ello, la noticia es de gran importancia y a riesgo de ser tachada de optimista, creo que los países no firmantes cada vez se verán más arrinconados, por lo que es posible que más tarde o más temprano, terminen por unirse al Tratado.
Mientras el drama continua. No se nos olvide que según la Coalición contra las Bombas de Racimo, han muerto o herido gravemente, por esta causa, más de 100.000 personas desde 1965, de las cuales, un tercio son niños.
¿Qué pensará el premio Nobel de la Paz, señor Obama, en relación a la no ratificación de su país de la prohibición del uso de las bombas de racimo?
Sí, qué pensará... o estará muy ocupado ayudando a su mujer a organizar el veraneo de una semana en España, en uno de los hoteles más caros del mundo. No debe ser fácil, compréndanlo. Reservar 40 suites para los acompañantes de la dama, es ardua tarea, no creen?