El invento de Thomas Alva Edison, fundador de GE, se está extendiendo, 130 años después de su creación. Según el diario The New York, esta tendencia que, en principio sólo está afectando a los EE.UU. ha comenzado a principios de este verano y, se debe principalmente a una moda vintage que ha llevado a restaurantes y comercios a adquirirlas masivamente:
… Cuelgan en grupos de dos y tres. … Serpentean a lo largo de la cafetería, restaurante y patio. … Se agrupan, todas ellas, cerca de la entrada, como tentación.
Éstas no son lo más para la gente “fashion”, pero el motivo de su uso es muy sencillo: Las bombillas de filamento expuesto consumen mucha energía, y hay una creciente presión para su desaparición y una tendencia ecológica para sustituirlas por fluorescencia compacta. Pero éstas son reproducciones de la primera bombilla de Thomas Edison Alva y, bajo su luz todo parece más antiguo, así que su uso se ha extendido como una subida de tensión imparable.
Las bombillas incandescentes son como las chimeneas, un vestigio de una época anterior. Pueden ser atractivas, sin duda. Para algunos son un símbolo de lujo, pero son un derroche, tremendamente menos eficientes que sus alternativas contemporáneas. Si bien pueden contribuir a la decoración de una estancia, sus costos de operación son enormes, y gran parte del efecto deseado se puede obtener de otras fuentes, sin recurrir al uso de una tecnología obsoleta.
Si usted está buscando un ambiente cálido y romántico, iluminado por una fuente pasada de moda, podría considerar volver al clásico y tan eficiente uso de unas velas.
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