La cuestión es hace poco estuve preparando huesitos, y me sobró parte del chocolate de cobertura, ya derretido y todo. A mi no me gusta tirar nada, toooodo lo aprovecho, así que me puse a pensar en qué utilizarlo.
Porque decidme la verdad: si a todo el mundo le encanta el chocolate y las patatas fritas, por qué no probar una combinación de las dos cosas?
Y además, dicen que un poquito de sal amplifica el sabor del chocolate, no?
Pues allá vamos. A ver qué os parece el resultado.
Prepararlos es de lo más sencillo. Sólo necesitamos:
- chocolate para fundir (yo lo hice mitad negro, que a mi me gusta más, mitad con leche, para que los pudieran comer también las niñas)
- patatas paja, machacaditas hasta que queden sólo trocitos pequeños. ¿Que no queréis arriesgar? Pues sustituid las patatas por cualquier fruto seco o por cereales de desayuno.
Ya lo he explicado más veces, pero os recuerdo el quiz para que el chocolate no se queme a la hora de fundirlo en el microondas: hacedlo a golpes de unos 20-30 segundos cada vez. Lo sacáis, removéis, y volvéis a meter otros 20-30 segundos. Así hasta que se haya derretido completamente. Si le ponéis más tiempo seguido, se quemará y lo tendréis que tirar.
Una vez derretido, volcamos las patatas sobre el bol del chocolate (no al revés, porque se malgasta mucho chocolate) y removemos hasta que se cubran bien por todas partes.
En 10-15 minutos estarán listos. Sabrás que están fríos cuando el chocolate pierda ese brillo tan característico.
Ah, y si en vez de hacerlos así tipo rocas preferís que os queden con formas bonitas, podéis aumentar un poco la proporción de chocolate, y utilizar un molde para chocolate.