'Bon appétit': La mejor receta

Publicado el 11 noviembre 2010 por La Mirada De Ulises

[7/10] Que la cámara se meta en la cocina comienza a ser una costumbre y una señal de que vamos a asistir a un romance a fuego lento. Y es que no hay nada como un espíritu creativo para sorprender y seducir con un detalle, ni como unos buenos fogones para condimentar un amor que necesita la calidez del entorno. Recientemente ensayaron la fórmula “Deliciosa Martha” y su remake “Sin reservas”, y también lo habíamos visto en “Chocolat” y en el mismo “Ratatouille”. Ahora, David Pinillos ha querido ofrecernos su particular receta con “Bon appétit”, y emplear los condimentos del éxito profesional, de la amistad y del amor romántico en su elaboración. A Zurich llega Daniel para trabajar como cocinero en el prestigioso restaurante de Thomas Wackerle, y lo hace con una enorme ambición y la voluntad de innovar en cada plato. La inicial rivalidad con Hugo, el italiano jefe de cocina, y la atracción que siente por Hanna, la joven sumiller que trabaja para Thomas, están a punto de entorpecer su carrera triunfal… y de provocar el desconcierto en su planificado esquema de prioridades.

Bien cocinada y con una fresca puesta en escena, con momentos para el drama y también para la emoción, “Bon appétit” opta por los ingredientes más convencionales y dulces de la comedia romántica… pero sabe darles el toque salado del cine independiente. Con todo, su equilibrado guión acierta a transmitir al espectador una sensación placentera y romántica, para dejar un regusto con sabor de amistad que perdurará en su memoria. La historia se mueve entre la búsqueda del amor y el doloroso desencanto, entre la incertidumbre y ambición en los inicios de la vida profesional y el triunfo a cualquier precio. En esas encrucijadas, los tres jóvenes cocineros perderán algo pero podrán también madurar, y saborear la buena receta de la amistad, de la lealtad y, en definitiva, de la relativa –pero posible– felicidad (que nada tiene que ver con Hollywood).

La fotografía de Aitor Mantxola sabe ir de los ambientes fríos del lugar de trabajo a los momentos cálidos de esa pareja de amigos que se besa, medio en broma… medio en serio, de la Suiza más reguladora y anónima al País Vasco vitalista y familiar, mientras que la cámara de tono acelerado que recoge la agitación de la cocina cede cuando los sentimientos y emociones requieren un ritmo más pausado y sosegado. Buenas interpretaciones de Nora Tschirner y sobre todo de Unax Ugalde, que transmite con convicción tanto su afán por convertirse en un gran chef como su inclinación afectiva o su sentido de la amistad. La guinda al pastel la pone una banda sonora y unas canciones pegadizas, en sintonía con el tono desenfadado y fresco de la cinta.

Delicada y romántica, dulce y amable en el tratamiento de los personajes (incluso ante el impresentable jefe), contenida en los afectos y nada pasional en los arrebatos, esta cinta resulta un exquisito plato para degustar y no dejar el paladar estragado. Fue la gran triunfadora en el Festival de Málaga con seis premios –incluido el Especial del Jurado y el de mejor actor para Unax– y también estuvo presente en la Spanish Cinema de la Seminci. Una película agradable que deja buen sabor de boca, con el más auténtico de los desenlaces y con la mejor receta para la vida.

Calificación: 7/10

En las imágenes: Fotogramas de “Bon appétit” – Copyright © 2010 Morena Films, Egoli Tosell Film y Zodiac Pictures. Todos los derechos reservados.