Bonificaciones empresariales: ¿cómo manejarlas de manera efectiva?

Por Finproyectos @FinProyectos

Las bonificaciones empresariales son parte del paquete de beneficios que reciben las personas que laboran, en tales empresas. Vienen como resultado de obligaciones legales, como de incentivos propios de la empresa, como parte de todo un paquete para atraer al talento humano.

De hecho, las bonificaciones se han convertido en una estrategia para los empresarios de países como China e India que encuentran como alternativa este recurso para retener sus talentos[1]. Por lo tanto, deberían forman parte importante e integral dentro de la gestión financiera personal.

Sin embargo, en nuestra cultura latinoamericana, es común que empleados y empleadas vean este tipo de incentivos como algo que aligere o nivele la carga financiera acumulada. De manera que comprometen ingresos futuros, de hecho, en la medida en que se aproxima la fecha de recibirlos es que hay una mayor tendencia a comprometerlos.

Es por esta razón que nos interesa proveer de algunas pautas para saber cómo manejar de manera efectiva las bonificaciones empresariales.

Las bonificaciones empresariales son retribuciones concedidas a quienes laboran en una empresa, y estas vienen como resultado de dos vertientes principales:

  1. Legales
  2. Programas de incentivos empresariales.

Es importante resaltar que l as bonificaciones que resultan de obligaciones gubernamentales varían de una nación a otra; de hecho, no todas las naciones aplican este tipo de medid. Sin embargo, es un recurso que utilizan los estados para, en cierta medida, hacer partícipes a quienes colaboran en una institución de los resultados positivos que se hayan tenido en un período fiscal determinado.

A todo esto, este tipo de retribución por lo general gira en torno al 10% de las ganancias obtenidas por la empresa, y que se reparten dentro de toda la empleomanía de la empresa. No explica la manera en que se distribuye, sino que está sujeto a la discrecionalidad de quienes la dirigen. Y, evidentemente, la repartición del mismo va de la mano con que la empresa haya tenido resultados favorables o utilidades.

La segunda vertiente de bonificaciones parte de los incentivos o paquetes empresariales. Estos se enmarcan desde dos perspectivas:

  • Desempeño personal: El/la empleado(a) es evaluado(a) y en función de ciertas métricas o indicadores, y sobre la base del logro de estos, recibe ciertas remuneraciones, entre ellas monetarias.
  • Desempeño de la empresa: Si la empresa supera la cuota establecida, entonces, en función del desempeño personal, el/la empleado(a) recibe una porción de las ganancias de la empresa.

En este segundo punto también entran una serie de factores relacionados a la empresa, y la forma en que ésta remunera a sus empleados(as). De todas maneras, el enfoque básico es que los resultados son los que definen tanto el tipo como el monto de la bonificación.

Tomando en consideración la naturaleza de las bonificaciones, cómo se pueden obtener y el tiempo en que usualmente las otorgan; la manera efectiva de manejarlas es a través de la planificación. Esto es, saber con antelación el uso que se le va a dar a dichos ingresos extras. Pero no sobre la base de nivelar el flujo de efectivo o comprometerlos antes de tiempo, sino, a través de la generación de valor.

Para esto, queremos ofrecer algunas pautas que permitan logran que dicha planificación tome efecto y sea aplicable a la realidad financiera personal.

Pauta No. 1: Defina el propósito

La primera pauta es fundamental. En ella se recoge la razón de ser de lo que se piensa llevar a cabo con el dinero que va a entrar. Este propósito puede ser:

  • Saldar deudas importantes.
  • Inversiones
  • Ahorros
  • Etc

Lo que se está buscando es tener claro para qué se va a usar este dinero. Y la manera idónea de hacerlo es destinándolo a algo que no sea de las operaciones diarias. Es decir, utilizarlo para solventar combustible, por ejemplo, no es de lo que estamos hablando. Ya que este rubro debería estar cubierto por los ingresos regulares. Sino, de algo que se vincule a cómo generar valor al flujo de efectivo.

Pauta No. 2: Presupueste el dinero

Luego de definir el propósito o la razón de ser del dinero que va a recibir, presupuéstelo.

Es común que las personas no utilicen la herramienta del presupuesto de manera adecuada. Porque la ven solo como una referencia situacional. Sin embargo, es la espina dorsal de todo el entramado financiero personal y empresarial, porque con él se logra llevar a números la planificación, escenificar lo que pudiera suceder y la respuesta para ello, y por último, como punto de comparación para las acciones que se lleven a cabo.

Pauta No. 3: Enfóquese en su propósito

El tercer elemento es donde las personas más flaquean a la hora de disponer de las bonificaciones que reciben. Esto porque son montos, por lo general, mayores a los que usualmente se reciben. Y esto genera una reacción de autosuficiencia que puede tirar al traste toda la planificación que se ha hecho con anterioridad.

Por lo tanto, el enfoque es clave y determinante. Sin este elemento dentro de la ecuación, probablemente no se tenga el éxito esperado.

Pauta No. 4: No utilice todo el dinero en una misma cosa

Aunque existe un propósito primario o principal en el uso de este dinero, no es menos cierto que utilizarlo por completo en una sola cosa puede no ser una movida sabia, ya que este tipo de ingresos no suelen presentarse de manera consuetudinaria, sino que por lo general se ven una o dos veces al año. Por lo tanto, hay que sacarle el mayor provecho posible. Y esto se logra a través de la diversificación de su uso.

En ese sentido, tomando como parámetro algunos de los tópicos listados en el propósito, se puede tomar parte de ese dinero para inversión. Y que este sea el principio que articule ingresos extras en la gestión financiera.

De hecho al incluir una partida para la inversión, la recomendación en ese sentido, en caso de no haber hecho este tipo de actividad antes, es iniciar aperturando un certificado financiero o de depósito. Ya que es uno de los instrumentos que presenta un menor riesgo y sirve como práctica para entender cómo funciona el mundo de las inversiones.

Respecto de las deudas, puede enfocarse en saldar aquellas que son más manejables y así crear espacios de liquidez para saldar las demás en la proximidad. Y en el caso del ahorro, se puede encausar a crear un fondo de contingencia para solventar emergecias, etc.

El punto de todo esto es estar en la disposición y la intención de no utilizarlo todo en una sola cosa; sino, ver las opciones disponibles para potencializarlas al máximo.

Las bonificaciones pueden representar, no solo un alivio en la gestión financiera personal sino, una fuente que permita la generación de ingresos extras que luego se traduzcan en una manera de vivir. Por lo tanto, el uso efectivo de ellas permitirá tener un mejor desempeño en su flujo de efectivo.

En ese sentido, si esta entrada sobre el manejo efectivo de las bonificaciones le ha sido de utilidad, le invitamos a que la comparta y comente. Sus aportes y opiniones son de gran importancia para esta comunidad y enriquecen el debate.

[1] Artículo: Bonificación, estrategia para retener talentos consultado 11/25/15