Angelina Jolie está triste. La actriz dice estar emocionada por las historias de los niños de Lviv, a los que ha conocido en su viaje humanitario a Ucrania. Sus fotos con los refugiados se han hecho virales, difundidas por agencias como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). No es la única. El grupo U2 también se ha desplazado a Kiev para dar un concierto sorpresa en una estación de metro convertida en búnker. Allí, su líder, el cantante Bono, aplaudió la resistencia ucraniana.
Como ellos, cada vez son más los famosos a los que recurren la ONU y ONGs para sensibilizar y recaudar fondos para sus causas. Y su labor va más allá de ser la “cara visible”. Naciones Unidas cuenta con 183 embajadores de buena voluntad, de los que la más conocida quizá sea Jolie. George Clooney ha intervenido ante el Consejo de Seguridad de la ONU para hablar sobre la crisis en Darfur. Ben Affleck también se ha dirigido a la organización y al Congreso estadounidense para denunciar la situación de la República Democrática del Congo. Y David Beckham, embajador de Unicef, ha impulsado un programa para recaudar fondos. La cooperación se ha hollywoodizado.
Influencia sin...
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Correo electrónico Contraseña Recordar cuenta Recordar contraseñaBono y Angelina no van a acabar con las guerras: el peligro de hollywoodizar la ayuda humanitaria fue publicado en El Orden Mundial - EOM.