(Bonsais) Primera baja: Acer palmatum atropurpureum

Era inevitable, tenía que pasar. En esta entrada os enseñé el arce japonés (acer palmatum atropurpureum) que había comprado en un vivero allá por Mayo de este año. A la hora de elegirlo fue determinante tanto la forma que tenía como el color de las hojas.
Lo que no sabía en ese momento es que los arces son un tipo de árboles bastante delicados, ya que no les puede dar el sol directo, problema que a mi no me afectaba, y tampoco se les puede regar con agua de mala calidad, y cuando digo de mala calidad me refiero a que incluso la del grifo no les sirve, ya que al parecer tienen unas raíces extremadamente finas y sensibles.
Recomiendan utilizar agua de ósmosis o de lluvia, o en su defecto, mineral. Cierto es que yo, desde que supe esto, tomé la decisión que iba a regarlo con agua de grifo, previamente reposada durante al menos 24 horas, así que algo de riesgo tenía asumido. Tras encontrarle un lugar al que pareció adaptarse sin problemas, ha conseguido sobrevivir durante 3 meses, incluso sobrevivió al trasplante fuera de fecha a un colador de cultivo con sustratos de calidad: akadama y kiryuzuna.
Pero creo que no ha sido nada de esto lo que la hecho pasar a mejor vida. Estos últimos días ha apretado bastante el calor, y eso se refleja en la velocidad a la que se seca el sustrato. Con solo cinco plantas, el hecho de regar me lleva un rato, ya que tengo que pasar el agua reposada de la garrafa a una pequeña regadera e ir moviendo cada planta a un balde, y regarla en dos fases, así que al final, no es como el que tiene un jardín y riega con una manguera, que en un rato ha regado diez veces mas de plantas que yo.
La falta de tiempo y el intentar postergar un día mas el regado junto con el detalle de que la última vez que la regué fue con agua de grifo (por error), han derivado en este final. 
Pero bueno, de todo se aprende, sobre todo de los errores, y en este caso he aprendido a que no se puede retrasar, sobre todo en verano, algo tan importante con el regado. También tengo claro que no compraré mas arces; son demasiado exigentes y tampoco tengo ni el tiempo ni el equipo adecuado para su mantenimiento.