Y dormir exhausto del delirio escuchandodiscursos de Hitler en tu cabezacon la frustración escribiendo su arenga, comprender que llega una nocheen la que no hay pesadillas porque hasta las pesadillas se cansaron de tu sombra, que no es el río lo que suena en tu memoria, sino el chapoteo de sus cadáveres flotando, y nunca hablar de primaveras, solo de lo puta que es la alergia.
Intuyeron tu luz y te arrojaste al abismo,allí encontraste tus razones, cuando visitas a los hombres y esperan que te suicides la segundapara acusarte de plagio cantando el mismo cuento breve de costumbre:“Érase una vez un niño depre…y se murió de asco”. Fin. © David de Dorian, 2014
(Ilustración: Noma Bar)