Cuando su novia le abandona, el escritor Jonathan Ames ve cómo su vida se desmorona a su alrededor, por lo que, con la intención de dotarla del sentido del que carece, decide anunciarse como detective privado sin licencia y termina viéndose envuelto en casos de lo más disparatado.
Basada en las experiencias reales del propio Ames y escrita por él mismo, la nueva serie de la HBO nos transporta a un mundo gobernado por lo absurdo y el patetismo de sus personajes, todos ellos con grandes carencias, empezando por el protagonista, un antihéroe en toda regla incapaz de poner un poco de orden en su día a día. Con esta premisa, Bored to Death tiene la ocasión de parodiar las novelas policíacas, quedando sus misterios y resoluciones en el extremo opuesto a los casos del Philip Marlowe de Raymond Chandler, en quien se inspira Jonathan para iniciar su trabajo como detective.
Para encarnar a semejantes fantoches, esta comedia cuenta con un reparto de lo más acertado, que incluye al actor Jason Schwartzman (miembro de la famila Coppola que luce una peculiar melena) como una versión del guionista y creador de la serie, la estrella de The Hangover Zach Galifianakis en el papel del dibujante de cómics amigo del protagonista y con Ted Danson (todo un veterano en el mundo de las series al haber participado en Cheers o Beck, entre otras) interpretando al editor de la revista para la que Ames trabaja. A todos éstos se les suman los cameos de actores como Oliver Platt o el del cineasta Jim Jarmusch, que dan lugar a momentos desternillantes.
La parodia, los enredos, los buenos actores y sobre todo el humor absurdo no se echarán de menos en Bored to Death, una de las sorpresas de la temporada que afortunadamente ya ha renovado para una segunda entrega.