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Borges y la parábola del nazismo: un análisis de la filosofía de Schopenhauer en “Deutsches Requiem” – Jason Cummings

Publicado el 05 enero 2016 por Diego Diego F Ospina @DiegO_OzpY

Mucha de la plasticidad del tiempo, identidad y realidad que es característica de la obra de Jorge Luis Borges llega a su literatura a través de la influencia de la filosofía de Arthur Schopenhauer. La fascinación que tenía Borges con el filósofo alemán empezó cuando era muy joven. En un ensayo autobiográfico que apareció con el cuento "Deutsches Requiem" en una edición norteamericana de El Aleph, Borges se acuerda de haber leído la filosofía de Schopenhauer con su padre cuando vivían en Suiza durante la Primera Guerra Mundial (Sierra vii). Se puede ver que las ideas del filósofo alemán obviamente tuvieron un efecto muy profundo en Borges por el hecho de que el joven argentino se puso a aprender alemán específicamente para poder leer dicha filosofía en su versión original
(Sierra ix). A lo largo de su carrera como escritor, los conceptos principales de la filosofía de Schopenhauer tuvieron mucha influencia en su literatura. Estos vínculos se demuestran claramente en el cuento "Deutsches Requiem" donde Borges entreteje la ultima narración de Otto Dietrich zur Linde, ex-jefe de un campo de concentración, con las ideas del filósofo alemán para presentar la catástrofe del Holocausto como una parábola de la cual la humanidad debe aprender. Antes de analizar el cuento, hace falta explicar los conceptos principales del pensamiento schopenhaueriano para poder entender mejor la manera en que Borges los utiliza para representar el nazismo como una lección. Arthur Schopenhauer, nacido en Danzig en 1788, desarrolló una filosofía pesimista que se centra en la idea de una voluntad inconsciente que controla nuestros pensamientos y acciones. Es decir que tanto los seres humanos como los animales están conducidos por el deseo inconsciente de autopreservación, lo cual él llama "la voluntad" (Schopenhauer 35). Según Schopenhauer, puesto que todo lo que pensamos y hacemos sirve para prolongar nuestra vida, estamos envueltos en un ciclo vicioso que sólo puede resultar en sufrimiento. Schopenhauer aún
niega la existencia del placer por definirlo como la supresión del sufrimiento (Sierra 21). Además, el filósofo alemán indica que la única manera de escaparse de este sufrimiento causado por el deseo de sobrevivir es por medio de las experiencias estéticas. A través de experiencias artísticas, las cuales son completamente supérfluas en términos de supervivencia, la inteligencia puede escaparse de la esclavitud de la voluntad y el sufrimiento consecuente. Schopenhauer no desarrolló sus ideas solamente en términos de personas individuales, sino de toda la humanidad. Esta voluntad que nos conduce hace que ninguno de los acontecimientos de nuestras vidas pase por casualidad, sino que todo pasa con propósito especificado por la voluntad (Schopenhauer 33). Es decir que si las acciones de todo individuo son causadas por la voluntad con el fin de la auto-preservación personal, cabe decir que el conjunto de estas acciones individuales a lo largo de la historia sirven, como veremos más adelante, para la supervivencia de la raza humana. De tal manera, todas
las personas y los acontecimientos del pasado, presente y futuro están interrelacionados por medio de la voluntad que los ha causado (Sierra 24), o como dice Borges en "El inmortal" "[n]adie es alguien, un solo hombre inmortal es todos los hombres. Como Cornelio Agrippa, soy dios, soy héroe, soy filósofo, soy demonio y soy mundo, lo cual es una
fatigosa manera de decir que no soy" (Borges 22). Siguiendo esta misma idea, se puede ver claramente desde el principio de "Deutsches Requiem" que el narrador se asocia con el pasado y con el futuro de la humanidad. Inmediatamente después de introducirse, Otto Dietrich zur Linde nos da una enumeración de sus antepasados ilustres que han fallecido en varios conflictos bélicos en los cuales Alemania estuvo involucrada. El hecho de que su herencia sea el primer dato personal que nos ofrece muestra que siente un importante vínculo con el pasado. Después, cuando explica los pensamientos que se le ocurrieron cuando cayó el Tercer Reich y cómo formó el entendimiento que nos narra antes de su ejecución dice: "Me satisface la derrota, porque ha ocurrido, porque está innumerablemente unida a todos los hechos que son, que fueron, que serán, porque censurar o deplorar un solo hecho real es blasfemar del universo" (Borges 90). Así que es a través de la importancia que Linde da a sus antepasados y su aceptación de todos los hechos del pasado y el futuro (incluso la derrota que da paso a su propia ejecución) que Borges muestra al lector que su protagonista entiende que no es más que un instrumento por lo cual se cumple la voluntad schopenhaueriana. Además es necesario mencionar el papel que juega el destino en el cuento y en la filosofía schopenhaueriana. Según Schopenhauer, nuestro cuerpo y nuestra mente no son nada más que instrumentos de la voluntad inconsciente. De tal manera, todas nuestras acciones y comportamientos ocurren para satisfacer este destino. Esta noción se demuestra perfectamente en "Deutsches Requiem" cuando Linde es disparado y se le tiene que amputar la pierna herida. Reflexionando sobre el hecho de que estaba releyendo una obra de Schopenhauer mientras se sanaba su herida, Linde piensa en cómo el predeterminismo de la filosofía puede aplicarse a este suceso. Decide que "el azar, o el destino, tejió de otra manera (su) 1 porvenir" (Borges 86), para que pueda jugar su papel en la voluntad predeterminada, es decir dirigir un campo de concentración. Otro rasgo de la filosofía de Schopenhauer que se ve en "Deutsches Requiem" es la presencia de lo estético como la manera principal de evitar la fuerza de la voluntad. Como vimos antes, Schopenhauer pensaba que la inteligencia era una herramienta con la cual realizamos las necesidades de la voluntad inconsciente, y que sólo es por medio de lo estético, en forma de arte, música, o poesía, que la inteligencia puede separarse de la voluntad. Este concepto se ve claramente cuando Linde empieza a hablar de su afinidad por la música de Brahms y la poesía de Shakespeare. El narrador establece una conexión con el lector por el uso del imperativo: "Sepa quien se detiene maravillado, trémulo de ternura y de gratitud, ante cualquier lugar de la obra de esos felices, que yo también me detuve ahí, yo el abominable" (Borges 85). Esta petición nos hace ver dos conexiones importantes. Primero, se ve que el torturador tal vez tenga algo en común con nosotros, y por eso, por lo menos, debemos intentar entender la explicación que está narrando. Luego, notamos que el narrador es muy culto. Por esta razón, sería injusto y superficial echar la culpa de sus crímenes al hecho de que sea sanguinario. En un personaje como Otto Dietrich zur Linde tiene que haber una motivación más profunda que la crueldad, como la voluntad schopenhaueriana. Esta apreciación por el arte llega a ser muy importante más tarde en la obra cuando Linde nos explica que fue la única cosa que le distrajo de sus responsabilidades truculentas. Cuando llega David Jerusalem al campo de concentración, el narrador tiene que decidir entre sus afinidades artísticas y sus responsabilidades como jefe del campo, es decir entre lo estético o la voluntad. Jerusalem, cuyo nombre y apellido hacen referencias obvias, es un poeta bien conocido, quien le gusta a Linde tanto que el nazi puede recitar versos de unos de sus poemas. Al final, después de mucho sufrimiento, Linde le trata muy severamente al poeta. Dice que "yo agonicé con él, yo morí con él, yo de algún modo me he perdido con él" (89). Cuando Linde, conducido por la voluntad inconsciente, mata a Jerusalem, en realidad mata a un símbolo de su propio amor por lo estético (en este caso la poesía). Dado que el pensamiento de Schopenhauer considera que lo estético es la única cosa que puede liberar la inteligencia de la esclavitud de la voluntad, la muerte de Jerusalem y la muerte consecuente del amor por lo estético que tenía Linde, lo dejan completamente enfocado en su responsabilidad de cumplir con el destino que le había asignado la voluntad. Ahora bien, puesto que todo lo que sabemos del narrador desde su asociación con el pasado y el futuro, hasta su destino y rechazo de lo estético ha sido causado por la voluntad schopenhaueriana, se puede preguntar hacia qué fin lo conducía dicha voluntad. Es decir que los nazis que llevaron a cabo el Holocausto fueron dirigidos por la voluntad schopenhaueriana y por eso, tal suceso tiene que haber servido para la supervivencia de la raza humana. En las horas antes de su muerte, Linde que espera su propia ejecución entiende que la función final del Holocausto era para "edificar el nuevo orden". No obstante, este nuevo orden no era la raza superior con la que había soñado Hitler. Al contrario, Linde asevera que el führer también vivió bajo la influencia de la voluntad. Nos dice que el nazi más infame "creyó luchar por un país, pero luchó por todos, aun por aquellos que agredió y detestó. No importa que su yo lo ignorara; lo sabían su sangre, su voluntad" (91). Mejor dicho, la voluntad hizo que Hitler y los nazis realizaran el Holocausto para demostrar una lección a la humanidad; una lección de que ellos mismos no se habían dado cuenta. ¿Pero cuál fue esta lección? Ana Sierra, estudiosa de la literatura borgiana, argumenta que en este cuento se muestra que el nazismo surgió para instalar un orden de violencia en el mundo que aún continuaría después de la derrota del Tercer Reich (81). Pero por el otro lado, dice que el tema central del cuento es "el nazismo como una amputación de la esencia del ser humano" (80). Hay una contradicción fundamental en este análisis de lo que Borges quiere que se aprenda del alzamiento y derrota de los fascistas alemanes. Si el nazismo hubiera sido un mecanismo parar establecer un orden de violencia en el mundo, no se habría derrotado. Por la amputación de la pierna de Linde, vemos que el nazismo es la bala que se estalla en la pierna de la humanidad. Sirve como un recuerdo de que debemos ser escépticos de la posibilidad de que exista un orden de violencia, es decir que lahumanidad pueda ser matada. Pero al final, así como le sucede a Linde, la humanidad no muere. La amputación de la pierna del soldado alemán simboliza la amputación de la piedad, la fe ciega en Jesús y la debilidad que hizo a la humanidad susceptible de la violencia del Tercer Riech. Se ve esta lección subyacente cuando Linde explica que "El mundo se moría del judaísmo, y de esa enfermedad del judaísmo que es la fe de Jesús; nosotros le enseñamos la violencia y la fe de la espada" (91). Es fundamental que advirtamos que el "judaísmo" y "la fe de Jesús" aquí no se refieren solamente a la raza judía que intentaban exterminar los nazis, sino a la fe ciega de Jesús que es característica del judaísmo y de la cristiandad. Esta fe puede manifestarse en la creencia en el poder supremo de lo bueno, o aún en la política de pacificación que mantuvieron los países aliados durante los meses que precedieron la Segunda Guerra Mundial. Borges pone de relieve la debilidad y la invalidez de esta fe por
yuxtaponerla con la violencia pragmática de los fascistas alemanes. Al final, según nuestro narrador, el Holocausto y el alzamiento de los nazis fue llevado a cabo por la voluntad schopenhaueriana para que la humanidad aprendiera a ser escéptica frente a los males del mundo y para que la gente no creyera ciegamente en Jesús, es decir en el poder supremo de lo bueno.
En conclusión, "Deutsches Requiem" muestra muchos de los rasgos claves de la filosofía de Arthur Schopenhauer. El concepto de que cada individuo y todas sus acciones y pensamientos están interrelacionados y controlados por una voluntad inconsciente se desarrolla a lo largo del cuento. Además, la idea de lo estético como el único estorbo de la voluntad se personifica en David Jerusalem y su necesaria aniquilación. En sumo, es a través de la presencia constante de estos consabidos elementos de la filosofía schopenhaueriana que el cuento, como última narración de Otto Dietrich zur Linde, presenta el Holocausto como una lección que nos recuerda que la humanidad misma es susceptible a la violencia. Al final del cuento Borges resalta la importancia de esta lección al decir que los nazis caídos son "comparables al hechicero que teje un laberinto y que se ve forzado a errar en él hasta el fin de sus días o a David que juzga a un desconocido y lo condena a muerte y oye después de la revelación: "Tú eres aquel hombre" (91). Borges categoriza la importancia de esta lección al compararla con las conocidas parábolas de la mitología y de la Biblia, dándole una inmensa importancia folklórica que es a la vez sumamente real en los recuerdos de sus lectores.

Es interesante notar que el título del cuento, "Deutsches Requiem", se comparta con una pieza de música que escribió Brahms. Puesto que Linde refiere a "Shakespeare" como "nombre germánico" nos muestra que no está completamente libre del ultranacionalismo de los nazis.
  • Obras Consultadas Borges, Jorge Luis.
  • El Aleph. Madrid: Alianza, 1974.
  • Ormsby, Eric. "Jorge Luis Borges & the plural I".
  • The New Criterion 18:3(November 1999): 14-21
  • Schopenhaur, Arthur. El mundo como voluntad y representación. Ed.
  • Rafael Carro Raggio. Madrid: Mendizábal, 1930.
  • Sierra, Ana. El mundo como voluntad y representación: Borges y
  • Schopenhauer. Potomac, Maryland: Scripta Humanista, 1997.

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