Por un lado, el Schalke 04, dueño de un estadio envidiado por media Europa y animado por una hinchada tan fiel como ruidosa y colorida... pero con un palmarés que no hace justicia a sus infrastructuras y masa social. Lejana queda su edad de oro en el campeonato local durante la segunda mitad de los años 30 y principios de los 40 cuando ganó seis títulos y esporádico suena hablar de la Liga de 1958, la última lograda hasta ahora. Está siendo en estas primeras décadas del Siglo XXI cuando está volviendo a la lucha por la Bundesliga con cuatro subcampeonatos que unidos a sus triunfos en la Pokal (levantó el trofeo en 2001, 2002 y 2011) refuerzan la creencia de que pronto llegará el título liguero casi medio siglo después.
Por el otro lado, el Borussia de Dortmund, local en el Westfallenstadion, donde se puede ver una de las gradas más espectaculares del mundo y que cuenta, de manera oficiosa, con la mejor media de asistencia del Viejo Continente desde hace tiempo. No tiene nada que envidiar a sus 'vecinos' si se ponen a hablar de apoyo de sus fans. Su palmarés, también humilde si lo comparamos con el de los gigantes europeos, tiene más motivos de celebración que el de su eterno rival. Siete Ligas (entre el antiguo formato y Bundesliga) habiendo celebrado dos títulos en esta década y dos Copas hace, eso sí, bastantes años.
Sus dos últimos títulos liguero, este último meritorio por el mal inicio, han sido un soplo de aire fresco. Un entrenador joven y carismático, Jurgen Klopp, dirigió a un equipo muy joven que practicó un fútbol atrevido en todos y cada uno de los partidos que disputó en la Bundesliga (vamos a obviar su pobre participación europea) y que ha logrado mantener el bloque, equilibrando salidas como las de Sahin, Kagawa o Barrios, sembrando esperanzas de seguir luchando por títulos en el futuro inmediato.
Una de las señas más curiosas de su odio deportivo es cómo se refieren los aficionados a la hora de mentar al rival. Tanto Dortmund como Gelserkirchen son 'La ciudad prohibida' pero hay una cosa que les une por encima de esta rivalidad y eso es su orgullo de patria chica ante Baviera. Si hay algo que motiva a los equipos del Rhur es vencer a los equipos bávaros, llevando la clásica 'lucha de clases' al campo. Siempre, eso sí, dentro de los límites deportivos.Por eso hay dos años marcados en la historia de los dos equipos: 1997 y 2011. En 1997, en un fútbol en donde las diferencias entre los históricos y los grandes equipos no eran tan grandes, el Borussia de Dortmund sorprendió a Europa llevándose la Champions League. Si bien tenía un equipo muy competitivo y que jugaba a la contra de maravilla, estaba quizás, un escalón por debajo de otros como la Juve (a la que ganó en la final), el Milan o incluso el Real Madrid, que ganaría el título la temporada siguiente.
Aquella misma temporada, el tercer gran título europeo del año también viajó al Rhur. El Schalke 04 firmó una competición tan larga como fantástica aunque de mal recuerdo para los equipos españoles (eliminó al Valencia en cuartos y al Tenerife en semis) para encontrarse al Inter de Milan en la final, por aquel entonces a doble partido, que se decidió por penalties en San Siro.La existencia de la Recopa evitó el que pudo haber sido el partido del Siglo en la región, una hipotética Supercopa de Europa entre Borussia y Schalke. Quizás por no producirse, el éxito de los dos equipos instauró un clima de cierta paz en la región. Los dos equipos más grandes del Rhur habían logrado éxitos europeos y podían mirar por encima del hombro al Bayern.
Una situación parecida a la que pasó hace un par de cursos. El Borussia de Dortmund arrasó en la Bundesliga mientras que el Schalke no sólo firmó la mejor temporada en Champions de su historia llegando a semifinales, donde el United le frenó, sino que también ganó la Pokal cargándose por el camino al Bayern con un gol de Raúl. De nuevo los equipos del Rhur levantaban títulos mientras que en Baviera miraban resignados. Este éxito en Alemania, eso sí, no trajo la misma tranquilidad que en el 97, quizás porque en esta ocasión sí que sabían que habría 'ajuste de cuentas' con una Supercopa Alemana antes de arrancar la temporada donde 'Los Mineros' de Gelserkirchen aprovecharon el mal inicio de los de Dortmund para ganarles el primer título de la temporada 2011/2012.
A las tres y media (hora española) BVB y Schalke se verán las caras una vez más, una rivalidad casi centenaria y que tal vez sea la más extrema y a la vez la más respetuosa de Europa, así que no dudéis en ver el partido si tenéis oportunidad, porque por si fuera poco, sólo dos puntos les separan en la zona noble de la clasificación y no sumar la victoria, sería perder la estela de ese Bayern que cuenta sus partidos por victorias.