Aunque al tiempo de usarlas me hiciesen tanto daño en los ligamentos que tuviese que utilizar francesitas en otoño (tengo los pies muy delicados), luego las volví a utilizar llevando puesto un par de medias y dos pares de calcetines por debajo de ellas y me convencí de que fue una de las mejores compras que hice el año pasado con vistas al frío. Tanto que las llevé junto a unas Notton a Alemania y las otras no las puse ni un solo día. Teniendo en cuenta que estuve en Alemania durante el invierno más cruento en muchos años, es una razón de más para alabarlas.
La otra razón es el diseño. Son de suela plana, lo cual agradezco porque mis pies se resienten enseguida, y además tienen un diseño muy gótico, así que las puse todo el otoño, invierno y parte de la primavera para salir por ahí con faldas y vestidos del estilo.
La otra fue el precio. 40 euros me costaron en Stradivarius.